¿Ya olvidamos a Sofía?

Simitrio Quezada.
Simitrio Quezada.

En el panteón Santa Teresa, de Fresnillo, fue sepultada la niña Sofía Alejandra Acosta Valdez. El miércoles 11 de noviembre, hace ya cuatro meses, Sofía recibió una llamada, supuestamente de un profesor que le pedía presentarse en la escuela. La niña salió y minutos después se pidió al papá de ella, vía telefónica, tres millones … Leer más

En el panteón Santa Teresa, de Fresnillo, fue sepultada la niña Sofía Alejandra Acosta Valdez. El miércoles 11 de noviembre, hace ya cuatro meses, Sofía recibió una llamada, supuestamente de un profesor que le pedía presentarse en la escuela. La niña salió y minutos después se pidió al papá de ella, vía telefónica, tres millones de pesos.

Nada más se supo de ella, hasta 11 días después, cuando fue hallada en un predio por civiles. Según los peritos, la niña murió debido a asfixia por sofocación, además de haber sufrido agresión sexual.

Se trató, pues, de secuestro, violación y feminicidio.

Ya sabemos que el edificio de la presidencia de Fresnillo fue quemado; que hubo declaraciones, proclamas y promesas; que culpas se repartieron a granel. Con todo, nuestra indignación parece tener fecha de caducidad. Somos olvidadizos. Nuestras quejas públicas parecen estar sujetas a la moda.

¿De veras ya olvidamos a Sofía Alejandra y a todas las demás niñas y mujeres violadas y asesinadas? ¿Cómo hacer para que nuestras demandas de justicia no sean fruto sólo de una ocasión furibunda? ¿Cómo hacer para que no creamos que quedan “satisfechas” nuestras indignaciones con meros discursos y promesas?

No debemos olvidar ni un solo día que vivimos en un país secuestrado por grupos criminales que no se tientan el corazón frente a nuestras niñas y nuestros niños. No debemos olvidar que hay demandas de justicia todavía en pie. No debemos permitir flaquezas ni torpezas en las autoridades de los tres niveles. No debemos continuar siendo el pueblo que se envalentona frente a una injusticia y luego pasa a los anuncios comerciales. No debemos ser los ciudadanos con demandas de moda y memoria sumamente perdediza.

En el panteón Santa Teresa, de Fresnillo, fue sepultada la niña Sofía Alejandra Acosta Valdez. Tiempo después, parece que también fue sepultado nuestro valor como pueblo que mantiene su dignidad y justicia a toda costa, que no permite más actos de chacales ni más impunidad en ellos.




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