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Jaime Santoyo Castro

Los principios fundamentales en la Constitución

Los principios fundamentales en la Constitución

Jaime Santoyo Castro.

Una sociedad consciente de su Constitución es menos susceptible a la manipulación y al autoritarismo, ya que tiene una visión clara de sus derechos y de los principios democráticos.

Jaime Santoyo Castro
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28 de octubre 2024

Una Constitución no es un simple acuerdo de reglas de convivencia. Es un conjunto de normas y principios fundamentales que establecen la organización y funcionamiento del Estado, definen los derechos y deberes de los ciudadanos y regulan la relación entre los poderes públicos y la sociedad. Es la ley suprema que guía la vida política y jurídica de una nación.

La Constitución tiene fundamental relevancia porque en su articulado se encuentran una serie de principios, tradiciones, valores y objetivos fundamentales que inspiran y le dan sentido a la identidad nacional. Más allá del texto y las disposiciones específicas, el espíritu de la Constitución representa los ideales y propósitos que buscan guiar la estructura de gobierno, proteger la dignidad humana, los derechos de los ciudadanos y promover el bien común. Este espíritu sirve como una guía para la interpretación de las leyes y la organización del Estado, y se ha ido adaptando a las necesidades y valores de la sociedad a lo largo del tiempo, con el objetivo de asegurar que las decisiones de todas las autoridades, no solo sean legales, sino también legítimas y respetuosas de los principios democráticos y del estado de derecho.

La Constitución en la conciencia social es entendida como un pacto social que define derechos, deberes, y la estructura del Estado y se refleja en la medida en que las personas internalizan sus principios y la consideran no solo un documento legal, sino un símbolo de justicia, igualdad y orden en la vida cotidiana. Por eso nos da sentido de pertenencia y cohesión y fortalece la seguridad de que propicia la igualdad y la justicia, con la idea fuerza de que todos somos iguales ante la ley y que todos tenemos deberes y derechos que deben ser respetados, e inspira a la gente a involucrarse en la vida civica y a contribuir al cambio social, y por ello es pertinente analizar la propuesta de reforma constitucional en la que se discute si el Poder Judicial se queda con la facultad de revisar las reformas constitucionales, o se le disminuye esta facultad para ubicarla exclusivamente en el Poder Legislativo.

En países donde el poder judicial sí tiene la facultad de revisar las reformas constitucionales, se establece un sistema de contrapesos que protege la estructura democrática y los derechos fundamentales, evitando que se realicen cambios contrarios a los valores fundamentales de la Constitución. En los países donde esta facultad no existe, el poder legislativo tiene mayor libertad para definir el contenido y la dirección de la Constitución, lo que puede facilitar cambios, pero también aumentar los riesgos de abuso de poder si no se maneja con responsabilidad, pues se deja en estos paises al Poder Legislativo la autoridad completa sobre el cambio constitucional; es decir: la revisión sólo la puede hacer el órgano que aprueba las reformas, lo que no tiene mucho sentido, pues el legislativo responde más a razones políticas que razones jurídicas, en tanto que el Poder Judicial se concentra más en estas últimas.

Una sociedad consciente de su Constitución es menos susceptible a la manipulación y al autoritarismo, ya que tiene una visión clara de sus derechos y de los principios democráticos. Esto permite a los ciudadanos actuar en defensa de sus instituciones y oponerse a cualquier intento de concentrar el poder en detrimento de sus libertades, teniendo como instrumento a las instancias del Poder Judicial de la Federación.

La historia nos da cuenta de que las democracias y sus instituciones siempre son acechadas por intereses diversos, pero también nos ha demostrado el fracaso de los imperios y las naciones que han sucumbido a la tentación de doblegar a otros y de derribar los cimientos en los que se sustentan sus principios más nobles para dar paso a intereses minoritarios o beneficiar a otros más poderosos que desde el exterior envían dictados para dividir y debilitar. Ese es el camino de la perdición.

No hay  ningún gobernante perfecto; ni el Poder Legislativo ni el Poder Ejecutivo son infalibles y más bien son propensos a cometer errores y tomar rumbos equivocados. Por ello el legislador originario le dio al Poder Judicial la facultad de revisar las reformas constitucionales, pues ello permite que los jueces puedan declarar inconstitucionales aquellas reformas que violen los principios básicos del Estado o los derechos fundamentales. Así, hasta la fecha, el Poder Judicial actúa como guardián de los valores constitucionales y puede frenar intentos de reforma que amenacen estos principios.

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