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Jaime Santoyo Castro

El patrimonio cultural de Zacatecas

El patrimonio cultural de Zacatecas

Jaime Santoyo Castro.

¿Cuál es la verdad? La acusación la hace un Magistrado y Expresidente del máximo órgano de Justicia del Estado.

Jaime Santoyo Castro
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10 de febrero 2025

Recientemente el aún Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado Arturo Nahle García reveló a los zacatecanos que una obra pictórica conocida como “La Mortaja” del reconocido pintor zacatecano Rafael Coronel fue sustraída del Museo que lleva su nombre por el hijo de este, Juan Coronel Rivera y agregó que esa obra era del patrimonio de los zacatecanos, porque el propio Rafael Coronel la había donado en un acto jurídico celebrado ante la Fe del señor Licenciado Daniel Infante López, Notario Público número 9 de esta ciudad capital en el año 2002 y para sustentar su dicho dio cuenta con el número de la escritura pública en la que se consignó el acto.

Con posterioridad a ésta acusación pública del Magistrado Nahle, el señor Secretario General de Gobierno Rodrigo Reyes, manifestó categóricamente que “La Mortaja” no estaba incluida en las donaciones que Rafael Coronel hizo en 1989 y en 2002 y en tal virtud la obra era de la propiedad de su hijo Juan Coronel Rivera en virtud de una disposición testamentaria que en su favor hizo el artista, por lo que el Gobierno de Zacatecas no tenía nada que reclamarle al hijo del pintor.

Posteriormente, el propio Juan Coronel Rivera negó que su padre hubiera donado la citada obra y argumentó que la pintura había pasado a ser de su propiedad porque su padre lo había instituido como heredero universal, y que además ya la había enajenado a un tercero a fin de cubrir algunos pasivos que había dejado el testador.

¿Cuál es la verdad? La acusación la hace un Magistrado y Expresidente del máximo órgano de Justicia del Estado, quien además fungía como Secretario General de Gobierno cuando se supone que se hizo la donación y seguramente, en función del cargo que tenía, compareció a la firma del instrumento jurídico en el que se donó la famosa obra. Si es así; y ya no está bajo la disposición de los zacatecanos, es evidente que hay un daño al patrimonio cultural de la Entidad que habrá que resarcir y en su caso sancionar a quien participó en la entrega de la obra.

Pero no podemos dudar de la aseveración del Secretario General de Gobierno Rodrigo Reyes, porque estimo que si afirma con seguridad que la obra no está relacionada en las donaciones que Rafael Coronel otorgó al patrimonio cultural de su tierra natal, es seguramente porque leyó minuciosamente la escritura de donación y en ese caso, los zacatecanos no tenemos nada que reclamar y mucho menos lesionar el prestigio personal del hijo de Rafael Coronel.

Tampoco podemos simplemente poner en duda las palabras de Juan Coronel, quien asevera que le fue adjudicada por tener el carácter de heredero universal de su padre Rafael Coronel, y en tal virtud, la obra le habría sido adjudicada por un órgano jurisdiccional o en un procedimiento ante Notario, cerciorados estos de que la famosa obra se incluyó en el inventario de bienes del autor de la sucesión y formaba parte del patrimonio hereditario, haciendo mención de que la obra se encontraba en comodato (si es que esto era así) para que en su caso ordenara la entrega al adjudicatario. Y a todo esto, habrá que añadir que la persona que entregó la obra seguramente se cercioró del legítimo derecho del reclamante, pues no podemos creer que cualquiera pueda introducirse y tomar lo que le venga en gana.

Esta noticia indudablemente ha causado mucha preocupación en el ámbito de la cultura, pero también ha dado paso a todo tipo de interpretaciones injuriosas y malévolas, que sin lugar a dudas, por sí solas, dañan a Zacatecas y la verdad no necesitamos de ese tipo de notas para trascender. Por ello creo que es un tema que no debe quedarse a la imaginación y a la especulación y debe aclararse de manera contundente, lo que a mi manera de ver es sencillo, pues basta sólo con revisar y mostrar el protocolo en el que se asentó la presunta donación, que debe estar en el Archivo de Notarías del Gobierno del Estado, para que todo mundo salga de dudas.

Si fue donada, salió del patrimonio de Rafael Coronel, y en tal virtud no habría sido válida la disposición testamentaria, de manera tal que una vez revisados los términos de la donación, habría que rescatarla y si no fue donada, no tenemos más que decir, y dejemos en paz a la familia.

No olvidemos que más allá de la propia obra, Rafael Coronel forma parte del patrimonio cultural inmaterial de los zacatecanos, y a él, y a otros zacatecanos universales les debemos que el nombre de nuestra entidad ha trascendido fronteras y se ha posicionado como un maravilloso lugar que entre otras cosas, sabe generar cultura. Rafael Coronel es un orgullo para los zacatecanos, y estimo que debemos cuidar la imagen de él y la de su familia.

El patrimonio zacatecano no solo es un reflejo de su pasado glorioso, sino también una fuente de identidad y orgullo para sus habitantes, y por tal motivo hay que aclarar este tema.

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