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Jaime Santoyo Castro

La relación México – Estados Unidos

La relación México – Estados Unidos

Jaime Santoyo Castro.

La relación entre dos naciones va mucho más allá del estilo personal de los mandatarios de cada lado y por tanto no puede estar sustentada en amenazas, ocurrencias, chantajes ni gracejadas.

Jaime Santoyo Castro
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2 de diciembre 2024

Los mexicanos y los estadounidenses podremos cambiar de Presidentes de la República, modificar las políticas internas, reformar nuestras constituciones, cambiar nuestras disposiciones en materia migratoria, arancelaria, de seguridad, de transito de mercancías, etc, pero lo que no podemos cambiar es nuestra vecindad y los profundos lazos económicos, culturales y sociales, e infinidad de retos que los nacionales de aquí y de allá compartimos.

La relación entre dos naciones va mucho más allá del estilo personal de los mandatarios de cada lado y por tanto no puede estar sustentada en amenazas, ocurrencias, chantajes ni gracejadas, como si fuera una simple relación entre dos personas. No se trata de Trump y Sheinbaum. Es una relación entre dos estados vecinos y debe basarse en principios de respeto recíproco, cooperación estratégica y beneficio mutuo, porque nadie, por poderoso que se crea, es totalmente autosuficiente. Vale recordar lo que reza aquella vieja canción de los Panchos llamada “Amor, qué malo eres”, que decía – “Las torres que en el cielo se creyeron, un día cayeron en la humillación.” No es que el que esto escribe lo desee, ni mucho menos que lo vaticine, pero esta es una verdad aplicable a todo aquel ente que se considere superior.

Los estudiosos de los temas de la frontera norte sostienen que para guiar nuestra relación bilateral se requiere que de ambos lados se cumpla con lo siguiente:

  1. Respeto a la Soberanía Nacional. Ambos países deben respetar la independencia y la soberanía de cada uno, abordando las diferencias a través del diálogo y evitando la imposición de políticas o acciones unilaterales.
  2. Diplomacia Activa. La relación bilateral debe estar sostenida en un diálogo constante; de buena fe y sin sesgos interpretativos que desorientan y enfrentan, con respeto a lo que se habla y lo que se acuerda, para infundir confianza y certidumbre, con mecanismos diplomáticos y legales de solución de controversias, que eviten la confrontación.
  3. Cooperación Económica. La relación económica es crucial y ambos países, unidos con Canadá, le han dado vida a un importante Tratado Comercial (T-MEC), que ha servido como una eficaz herramienta para garantizar el comercio justo, la inversión y el desarrollo económico entre los países firmantes, y con sujeción a este tratado han trabajado para optimizar las cadenas de valor y aprovechar ventajas competitivas, pero además han permitido diseñar políticas que facilitan la movilidad laboral de forma segura y ordenada.
  4. Manejo conjunto de la migración. La migración es un reto común. No debe verse sólo como un problema de los paìses exportadores de fuerza de trabajo, pues la carencia de fuentes de trabajo, siempre impulsará a los desposeídos a buscar el sustento y por tanto es un problema para cuya solución hay que promover oportunidades de desarrollo en las comunidades de origen para reducir la migración forzada, y establecer canales legales y seguros para la migración laboral, con una cuidadosa coordinación para evitar que la migración alimente el tráfico de personas y los abusos en la frontera.
  5. Seguridad Binacional. Enfrentamos amenazas comunes, como el tráfico de drogas, de armas y de personas y ello implica fortalecer la cooperación en inteligencia y tecnología para desmantelar redes criminales transnacionales, poniendo énfasis en promover la capacitación y el intercambio de información entre agencias de seguridad.
  6. Protección del Medio Ambiente. Este es otro problema común que requiere una amplia cooperación en la gestión de recursos compartidos como el agua y los ecosistemas fronterizos; la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y la creación de estrategias conjuntas para enfrentar el cambio climático.
  7. Desarrollo Regional. Es imprescindible establecer una agenda conjunta para el desarrollo de Centroamérica y el Caribe, orientada a reducir problemas como la migración forzada y el narcotráfico, beneficiando a toda la región.
  8. Intercambio Cultural y Social. El intercambio cultural y humano es un pilar importante, de manera que debemos reconocer y apoyar las aportaciones de las comunidades mexicanas en Estados Unidos y viceversa, así como la promoción de programas de intercambio educativo y cultural y facilitar la inclusión de comunidades migrantes.

En resumen, una relación bilateral saludable entre México y Estados Unidos debe basarse en la colaboración equilibrada para enfrentar retos comunes y aprovechar oportunidades, mientras se respetan las particularidades de cada nación. Esto requiere voluntad política, mecanismos eficientes y el compromiso de ambas sociedades. Los mexicanos debemos unirnos y respaldar a nuestras autoridades en obtener un trato respetuoso y digno.

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