Jornada de esperanza
La misión de Jesucristo es salvarnos venciendo desde la raíz el pecado, el mal, la muerte.
La misión de Jesucristo es salvarnos venciendo desde la raíz el pecado, el mal, la muerte.
Las nuevas y antiguas tecnologías no son buenas ni malas en sí mismas; son medios, simplemente.
Jesús llama desde la vida diaria: los hombres trabajan, echan las redes o las reparan. Cuando deciden seguirlo les propone ser pescadores de hombres…
El Evangelio que escuchamos después de la Epifanía del Señor es un concierto de miradas que se hacen encuentro que cambia radicalmente la vida de las personas.
Epifanía significa la ‘manifestación’ del Señor a todos los pueblos. Es la fiesta de la luz ofrecida a quienes buscan y no han encontrado.
La familia de Dios es aquella capaz de tomar decisiones para salir adelante.
Los acontecimientos por venir llaman con urgencia a la acción de la oración. “Para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer…” proclama el evangelista.
El tiempo litúrgico de Adviento-Navidad nos ofrece pistas y gracias para encontrar la alegría y la felicidad que anhelamos.
El cambio de actitud ante los bienes comunes es indispensable.
Si nos ponemos ‘listos’, una vela encendida puede dar serenidad ante los desconciertos, certeza ante las incertidumbres, indicar la ruta a recorrer, paz interior…
El rey–juez no etiqueta a las personas; el tema es el aprovechamiento de la vida en el amor al más necesitado.