
Antonio Sánchez González.
Durante décadas, los médicos hemos forcejeado entre nosotros para determinar con qué frecuencia se deben realizar pruebas de detección de la enfermedad y cuándo comenzar y detenerlas.
El diagnóstico de un cáncer de próstata agresivo en etapa 4 hecho al expresidente Joe Biden revivió, de nuevo, un muy antiguo debate médico: ¿cuándo deberíamos los hombres hacernos pruebas para buscar cáncer de próstata?
Durante décadas, los médicos hemos forcejeado entre nosotros para determinar con qué frecuencia se deben realizar pruebas de detección de la enfermedad y cuándo comenzar y detenerlas. Periódicamente, algunos médicos se manifiestan en desacuerdo en sus recomendaciones y las directrices han variado con respecto, incluso, a si los hombres deberían o no someterse a pruebas de detección. Y mientras los médicos debatimos y cambiamos de opinión, la American Society of Cancer avisa que los diagnósticos de cáncer de próstata en etapas avanzadas han ido aumentando y sugiere que el cambio en las pautas de detección podría ser el responsable. Y es que, parece que el cambio radical en las recomendaciones de detección provocó una reducción en el número de pruebas, lo que a su vez indujo que los hombres fueran diagnosticados en una etapa más tardía y la firme sospecha de que lo que ocurrió es que perdimos algún tiempo de anticipación en el diagnóstico.
En el centro del debate se encuentra una prueba simple y barata que busca en la sangre de un hombre una molécula llamada antígeno prostático específico, o PSA. Un nivel elevado de PSA sugiere que un hombre podría tener cáncer de próstata, pero también podría -y con la misma intensidad y frecuencia- indicar infección, inflamación o incluso ejercicio vigoroso reciente. También hay algunos cánceres de próstata raros y más agresivos que no secretan suficiente PSA para ser detectados por la prueba rutinaria. La del PSA no es una prueba perfecta.
Los niveles de PSA de un hombre tienden a aumentar con la edad, ya que la próstata continúa creciendo y puede aumentar la cantidad de antígeno que libera. Para los hombres alrededor de 60 años, un nivel de PSA normal es inferior a 4 nanogramos por mililitro de sangre. Si un hombre tiene un PSA elevado, esto puede ser una señal temprana de un posible cáncer de próstata.
Los médicos de entonces implementaron ampliamente la prueba luego de su introducción a fines de los años 1980, lo que provocó que la incidencia de la enfermedad se disparara en los años 1990, ya que detectaron cánceres más temprano y los trataron. Pero la prueba también generó falsas alarmas que requirieron seguimientos y biopsias y encontraron cánceres de crecimiento más lento y de bajo riesgo que probablemente no eran potencialmente mortales, particularmente entre hombres mayores, buna parte de los cuales quedaron con incontinencia urinaria o disfunción sexual después de la cirugía y la radiación para un cáncer que probablemente no les habría hecho daño y que seguramente no habría puesto en riesgo sus vidas en una circunstancia en la que, especialmente para los varones mayores de 75 años, esos remedios eran peores que la enfermedad.
Con esos datos, un panel de expertos voluntarios que elabora directrices de salud y es respaldado por el gobierno de los Estados Unidos, recomendó no realizar pruebas de detección a los hombres de 75 años o más en 2008 y a todos los hombres en 2012, argumentando que el beneficio potencial no superaba los daños. Por supuesto que la discusión continua y cambió su recomendación nuevamente, diciendo que los hombres de 55 a 69 años deben tomar una decisión informada con su médico, pero desaconsejó hacerlo para los hombres de 70 años o más. Otros, incluida la Sociedad Americana del Cáncer, recomiendan que la decisión de continuar con las pruebas de detección sea individual, en consenso con el paciente y tenga en cuenta su estado de salud y preferencias. La discusión sigue viva porque ahora vivimos más tiempo.
Hoy, cada vez más hombres reciben el diagnóstico en una etapa más tardía. Desde 2011 hay un aumento de aproximadamente el 5% cada año en diagnósticos más avanzados y muchos médicos sospechan que la era de retroceso en las pruebas de detección juega un papel. De todos modos, la tasa de mortalidad por cáncer de próstata disminuyó aproximadamente a la mitad entre 1993 y 2022, gracias tanto a las pruebas de detección como a los tratamientos más nuevos, pero esa disminución se ha estancado en los últimos años.
Evidentemente, se ha dado un cambio en la forma de manejar, diagnosticar y vigilar el cáncer de próstata de menor riesgo porque está claro que es seguro que los pacientes con cánceres de crecimiento lento sean monitoreados cuidadosamente en lugar de apresurarse en el tratamiento, lo que reduce el riesgo de daño.
Joe Biden tiene 82 años.