La Catrina es un personaje emblemático de la muerte que ha logrado destacar y ubicarse como un icono reconocido internacionalmente del Día de Muertos en México.
José Guadalupe Posada y Diego Rivera son dos artistas mexicanos que se encuentran relacionados con la figura histórica de La Catrina que cautiva, integra belleza y que ha trascendido por generaciones.
En un evento que ocurre cada año los días 1 y 2 de noviembre, el Día de Muertos es una de las festividades más significativas de México donde se honra a los difuntos mediante ofrendas que trasforman el paisaje urbano cultural con elementos de gran colorido para decorar y dar la bienvenida a los seres queridos que han fallecido.
Dentro de los elementos representativos de este festejo; la sal, el papel picado y la flor de cempasúchil, La Catrina es un personaje emblemático de la muerte que ha logrado destacar y ubicarse como un icono reconocido internacionalmente del Día de Muertos en México.
La Catrina originalmente fue denominada la Calavera Garbancera para hacer referencia a las personas de origen indígena que, en su intento por integrarse a una clase social más alta, vendían garbanzo en lugar de maíz.
La creación de La Catrina se atribuye al pintor José Guadalupe Posada cuya obra se distinguió por mostrar el carácter festivo de los mexicanos y por protestar en contra de las condiciones del país, así como plasmar las diferencias sociales. En un grabado de 1912, Posada representó a la calavera que más tarde se hiciera muy popular debido a que se mostraba sin vestimenta luciendo únicamente un sombrero lo que se ha interpretado como una protesta y crítica a la pobreza en que vivían los mexicanos.
Fue hasta 1947 cuando el destacado pintor y muralista Diego Rivera renombró a este personaje como La Catrina y le agregó su lujosa vestimenta plasmándola en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”. En esta obra Rivera se autorretrata alrededor de varios personajes representativos de la historia de México y muestra en primera línea a La Calavera Garbancera, además de reivindicar esta figura, Rivera fue el responsable de renombrarla con el nombre de La Catrina cuyo término proviene de la palabra “Catrín” que hace referencia a un hombre elegantemente vestido y que con mucha frecuencia se hacía acompañar por una mujer con similares características, imagen que era común en la aristocracia mexicana a finales del siglo XIX y principios del XX.
De esta manera, la figura que inicialmente fue utilizada como un recurso de protesta y crítica social, llegó a convertirse en un ícono muy representativo del día de muertos en la cultura mexicana. Hoy La Catrina es mucho más que una representación de la muerte es un homenaje a la vida. Nos recuerda que la muerte es parte importante del nuestro ciclo existencial y que debemos celebrar cada momento de nuestra vida con entusiasmo y alegría.