En una biblioteca humana los «libros humanos» son individuos reales con una gran diversidad de experiencias de vida, orientaciones sexuales, religiosidad, discapacidades y habilidades.
Todos los seres humanos estamos hechos de historias. De esta manera nos contamos una y otra vez, recreamos en nuestra narrativa la percepción que tenemos del mundo y logramos alcanzar nuestro propio nivel de entendimiento. Si a una biblioteca tradicional se asiste para leer libros, a una biblioteca humana se asiste para… leer personas.
Explicada de forma un poco burda, una biblioteca humana consiste en reunir a un grupo de personas, convertirlas en “libros humanos” de manera tal que cuenten su historia a otro grupo de personas que, en su papel de usuarios de la biblioteca escogen un libro (en este caso, un libro humano) en préstamo.
La principal idea en torno a una biblioteca digital es propiciar un espacio donde las personas se puedan «prestar» a otras personas como si fueran libros vivientes, con el propósito de promover entornos de entendimiento y empatía, así como luchar en contra de prejuicios y estereotipos.
En una biblioteca humana los «libros humanos» son individuos reales con una gran diversidad de experiencias de vida, orientaciones sexuales, religiosidad, discapacidades y habilidades. Cada libro humano es propietario de una historia única y ofrece a los «lectores» la oportunidad de aprender directamente de sus experiencias y perspectivas. Los «libros humanos» se ofrecen voluntariamente y están dispuestos a compartir su conocimiento y vivencias con los «lectores».
Cualquier persona puede ser un libro en una biblioteca humana, debido a que cualquiera de nosotros cuenta con una historia propia y diferente para narrar a quienes estén dispuestos a escucharla. Los libros humanos disponen de una gran característica, su historia será diferente en función del momento en que se lea, ya que estos libros están escritos en la imborrable tinta de la tradición oral.
Las temáticas de estas bibliotecas humanas son de gran diversidad; puede tratarse de un emigrante platicando cómo fue su experiencia hasta llegar al país de destino, y sus experiencias de vida en este destino, o también puede tratarse de una persona que enseñe un idioma en particular y su cultura. En una biblioteca humana las sesiones suelen tener una duración de entre 20 minutos o media hora, y consisten en entablar conversación con una persona a la que también se le puede preguntar.
Una frase popular menciona: “No juzgues a un libro por su portada“, y de ahí surge el enunciado que identifica a las Bibliotecas Humanas: No juzgues a una persona por su apariencia; habla con ella y conoce cómo piensa; es casi seguro que cambiará tu opinión y conocerás una perspectiva diferente de entender la vida.