La influencia de las drogas digitales en nuestro sistema nervioso es más sutil y se sustenta en frecuencias, patrones y sonidos que influyen en el cerebro.
Si en alguna ocasión usted ha utilizado música para meditar, concentrarse, disfrutar, mejorar su estado de ánimo o relajarse, es muy probable que haya consumido algún tipo de droga digital. La diferencia se encuentra en el tipo de sonido o la intención: ¿sonido para mantenerse alerta?, ¿música para relajarse?; de una u otra manera todos esos sonidos afectan en mayor o menor medida su cerebro.
En algún momento de nuestras vidas, todos hemos estado expuestos a drogas digitales, aunque no es lo mismo que consumir una droga psicoactiva. La influencia de las drogas digitales en nuestro sistema nervioso es más sutil y se sustenta en frecuencias, patrones y sonidos que influyen en el cerebro de manera muy similar a como lo harían las drogas químicas, pero sin los efectos secundarios de las drogas tradicionales; así de igual manera su uso moderado y consciente es factor determinante para obtener beneficios sin llegar a dependencias o excesos.
A las drogas digitales también se les conoce como sonidos binaurales, funcionan por medio de un fenómeno que se conoce como “entrainment cerebral” o “sincronización cerebral”; este proceso ocurre cuando el cerebro inicia a sincronizar sus ondas cerebrales con la frecuencia de una señal sonora externa. El cerebro intenta sincronizar el ritmo de las ondas sonoras a la que se encuentra expuesto, lo cual implica un cambio en la actividad cerebral. Por ejemplo, si una persona escucha dos sonidos diferentes en cada oído, el cerebro recibe una frecuencia distinta entre ambos y realiza ajustes en su función cerebral para seguir la frecuencia de esa diferencia. Esto implica inducir estados mentales como la meditación profunda, la relajación, el enfoque o la estimulación cognitiva.
Si se produce un tono de 300 Hz en un oído y uno de 310 Hz en el otro, el cerebro percibe una diferencia de 10 Hz (la frecuencia de la onda binaural), esa frecuencia puede ser empleada para generar un tipo específico de onda cerebral. Por ejemplo:
Este proceso de “sincronía” permite que el cerebro se adapte a la frecuencia de las ondas binaurales, produciendo una respuesta neurológica que permite influir en el estado emocional o mental de la persona.
Las drogas digitales son una maravillosa manera de utilizar la tecnología para manipular las ondas cerebrales y producir experiencias mentales sin necesidad de recurrir a sustancias químicas. Si bien tienen muchos beneficios potenciales en términos de bienestar mental, productividad y relajación, es importante usarlas con cautela y entender muy bien cómo afectan al cerebro. Además, es importante complementarlas con otros métodos de manejo del estrés, la ansiedad y la salud mental.