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juan carlos ramos leon

Como México no hay dos

Como México no hay dos

Juan Carlos Ramos León.

El tesoro de nuestro México es grande y maravilloso.

Juan Ramos León
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21 de abril 2025

Los mexicanos nos distinguimos en todo el mundo por diversos motivos. Uno de ellos es, precisamente por nosotros mismos: la alegría con que vivimos nuestras vidas, nuestro “espíritu de fiesta” que llevamos a todos lados, nuestras bromas, nuestro apasionamiento por los deportes y otras actividades de competencia. Otro es nuestra cultura: arte, música, gastronomía, vestimenta y otro es, tal vez, nuestra religiosidad. Somos un pueblo predominantemente católico -por lo menos guadalupano-.

La riqueza de nuestras costumbres y tradiciones es producto del sincretismo proveniente de la conquista, sin duda. Nuestro México contemporáneo es producto de la mezcla de las costumbres de las distintas etnias indígenas que florecían en la época de la conquista y de las tradiciones europeas heredadas de los conquistadores españoles. Sin embargo, dependiendo de la región y del desarrollo económico y social, hay prácticas culturales que se han ido perdiendo o bien tomando vertientes distintas al formato original.

Y es sólo mediante el intercambio cultural que se da, principalmente, por medio del turismo interno, que los mexicanos descubrimos o nos reencontramos con esos hábitos culturales admirables que enriquecen nuestro propio acervo cultural. El tesoro de nuestro México es grande y maravilloso. Y lo es tanto que atrae a visitantes de otros países que se asombran tanto de él que deciden adoptarlo como suyo propio convirtiéndose en uno más de los pobladores de este hermoso país, quienes llegan a entrañarlo a veces más que ni nosotros mismos.

Y es tal vez eso lo que nos ha hecho fuertes como pueblo. Tanto que hemos sobrevivido y trascendido a generaciones enteras de saqueadores que nada han aportado y que mucho daño han causado. De un color y de otro. Pero aquí seguimos de pie, resistiendo a los retos que el entorno mundial nos presenta, con, sin o a pesar de los gobiernos que hemos elegido.

Viajar por México es, no una buena opción para quien quiere tomar unos días de recreo, sino que me atrevería a decir, una opción obligada. Hay tantos rincones que explorar, tantas experiencias qué disfrutar, tan variada y rica gastronomía, pueblos mágicos, museos, playas, bosques y montañas y tantas, pero tantas personas que son como libros abiertos de los que se pueden extraer cúmulos de vivencias, conocimiento e historias.

Bien está dicho aquello de que “como México no hay dos”. Y la realidad es que tampoco hay dos mexicanos iguales y eso nos vuelve únicos. Y es que de veras ¡tenemos tanto que aprender unos de otros! Y queda tanto México por descubrir… Viaje, métase a los mercados de las pequeñas comunidades, siéntese en una banca, junto a alguno de tantos pintorescos kioscos, a platicar con algún habitante de aquel lugar, busque al más anciano, y déjese reconquistar por su México, que le aflore el nacionalismo que debemos de presumir siempre con orgullo, dondequiera que vayamos.

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