Logo Al Dialogo
antonio sanchez gonzalez

El precio de la comida basura

El precio de la comida basura

Antonio Sánchez González.

El riesgo de enfermedades crónicas se amplifica por el consumo excesivo de alimentos demasiado grasos, dulces, salados o ultraprocesados.

Antonio Sánchez
|
21 de noviembre 2025

No nos damos cuenta, pero el tiempo se nos agota. Aunque aumentan las pruebas sobre la nocividad de los ultraprocesados en las dietas, las políticas para mitigar las epidemias causadas por la comida basura aún no están a la altura de las respuestas de la salud pública. Una serie de artículos publicados el miércoles 19 de noviembre en la revista británica de medicina The Lancet confirman los alarmantes hallazgos ya antes mostrados por decenas de estudios sobre los efectos mortales de lo que una industria sin escrúpulos nos ofrece cada día en nuestros platos. Esta conciencia, aunque ampliamente documentada a nivel científico, está luchando por cambiar los hábitos alimentarios de una parte creciente de la población mundial, que se está envenenando lentamente sin saberlo.

Una de las ideas fundamentales de los editores -brasileños- invitados por The Lancet consiste en que este patrón aumenta el riesgo de múltiples enfermedades crónicas relacionadas con la dieta a través de diversos mecanismos —y está respaldada por más de 100 estudios prospectivos, metaanálisis, ensayos controlados aleatorizados y estudios mecanísticos, que abarcan resultados adversos en casi todos los sistemas orgánicos—. La totalidad de la evidencia apoya la tesis de que la sustitución de patrones dietéticos tradicionales por alimentos ultraprocesados ​​es un factor clave en el creciente impacto global de múltiples enfermedades crónicas relacionadas con la dieta.

El riesgo de enfermedades crónicas se amplifica por el consumo excesivo de alimentos demasiado grasos, dulces, salados o ultraprocesados. Estos se obtienen mediante procesos fisicoquímicos que modifican la textura de los alimentos crudos, su sabor y su conservación. Se añaden emulsionantes, edulcorantes, potenciadores de sabor, conservantes, productos nitrogenados y otros azúcares, aunque en el 90% de los estudios observacionales tienen efectos adversos para la salud. Estos muestran claramente una relación entre el consumo regular y intenso de alimentos ultraprocesados y el riesgo de desarrollar enfermedades.

Este tipo de dieta aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer, enfermedades inflamatorias digestivas o articulares, trastornos cardiovasculares, hipertensión, diabetes, obesidad y alteraciones hormonales. Los estudios también muestran que los alimentos ultraprocesados alteran gravemente el metabolismo, con consecuencias para el aumento de peso e incluso para la salud mental.

Más allá de las consecuencias sobre la salud y la esperanza de vida de los individuos, el coste para la sociedad en su conjunto es colosal. En un momento en que el gasto sanitario está disparándose y cada vez es más difícil de financiar, es urgente implementar políticas de prevención. Muchas enfermedades relacionadas con la comida basura son prevenibles, siempre y cuando actuemos a favor de nuestros hábitos alimenticios.

Empoderar, o incluso hacer que la gente se sienta culpable, es o insuficiente o ineficaz. La acción debe centrarse en la fuente del problema, es decir, en el propio suministro. La solución comienza mejorando el acceso a alimentos saludables, junto con un aumento de las tasas impositivas sobre la comida basura. También es necesario regular más la publicidad y el marketing de alimentos con un perfil nutricional desfavorable, especialmente cuando están dirigidos a niños. Todas ellas son soluciones que, hasta ahora, han encontrado una fuerte oposición en México.

La batalla es ardua, dado el enorme recurso disponible para las multinacionales en la industria agroalimentaria. Utilizan los mismos métodos que la industria tabacalera ha empleado durante décadas, desacreditando el discurso científico y sin dudar en producir sus propios estudios descaradamente sesgados. En un contexto de publicidad tramposa, no dudan en chantajear el discurso público con la amenaza de que una política sanitaria de esta naturaleza tendría un fuerte impacto en el empleo, mientras destacan el “derecho al placer” del consumidor opuesto a las políticas de salud pública acusadas de restringir la libertad individual. La verdad es que la comida basura, a través de las enfermedades que causa, destruye más valor del que crea para la sociedad, y es hora de detener estos costos.

reproductor
Tik tak zac S.A. de C.V.- De no existir previa autorización por escrito, queda expresamente prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos de este portal.