Vida vs Muerte

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

Saque sus propias conclusiones.

El pasado miércoles los ministros de la Suprema Corte rechazaron una iniciativa de ley que representaba un paso importante en el destructivo proceso de la despenalización del aborto en nuestro país.

Esto causó alegría entre los muchos que estamos a favor de la defensa de la vida de los inocentes que no pueden defenderse a sí mismos, pero también causó enfado entre muchas personas que siguen creyendo que, los que estamos a favor de la vida, somos un rival a vencer.

Si usted es de los que se considera imparcial en este debate o simpatiza un tanto con quienes defienden la cultura proabortista, quiero invitarle a considerar las siguientes diferencias entre quienes estamos a favor de la vida y quienes no, a fin de que saque sus propias conclusiones:

Los que defendemos la vida queremos que se salven las dos vidas. Los que no, quieren que se pierda una aunque no se encuentre en riesgo la otra.

Los que defendemos la vida no queremos que se criminalice a la mujer que aborta. Los que no, quieren que se criminalice al personal sanitario que se niegue a practicar un aborto anteponiendo una objeción de conciencia.

Los que defendemos la vida salimos a manifestarnos vestidos de blanco, respetando los derechos de terceros, la propiedad pública y exponiendo todo tipo de argumentos positivos y propositivos, en paz. Los que no, salen a manifestarse violentamente, desnudándose en la vía pública, gritando todo tipo de consignas vulgares y ofensivas en contra de quienes no piensan como ellos, dañando la propiedad ajena y cometiendo a su paso todo tipo de atropellos en contra de los derechos de terceros.

Los que defendemos la vida queremos sentarnos a platicar sobre la problemática compartiendo nuestro punto de vista con los que no. Estos sólo quieren imponer su punto de vista a como dé lugar y no están dispuestos a considerar otro.

Los que defendemos la vida no repudiamos a quien no piensa como nosotros. Los que no, no desperdician oportunidad para manifestarnos su desprecio.

Los que defendemos la vida, en suma, queremos que se viva. Los que no, que se mate.

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