Votar, oportunidad ciudadana para evaluar

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

Esa es una de las ventajas de la democracia representativa. Le da continuidad a quien cumple y le voltea la cara a quien no convence.

En los sistemas democráticos, no se elige de una vez y para siempre. Los cargos son temporales, y el ejercicio gubernamental se otorga condicionado a cumplir las promesas y compromisos, a atender las demandas y causas sociales, a cumplir la ley y los derechos humanos, a respetar las libertades y los derechos de la gente, a propiciar la educación, la salud, el empleo y el desarrollo, a combatir la corrupción y la impunidad, etc, etc. La sociedad marca el rumbo enmarcado en las leyes y costumbres y el o la elegida deben apegarse a las aspiraciones colectivas sin desvíos, sin mentiras, con transparencia, honestidad  y responsabilidad. Cada año deben dar cuenta a la sociedad de los avances y logros, y la sociedad califica el día de las elecciones, ratificando o rechazando. El voto señala si se opta por la continuidad o por el cambio.

Esa es una de las ventajas de la democracia representativa. Le da continuidad a quien cumple y le voltea la cara a quien no convence. Sin embargo, la efectividad de este proceso depende de que la población reciba información confiable y objetiva; lo que subraya la exigencia del respeto a la libertad de prensa, que se estimule la participación ciudadana en los asuntos públicos y la existencia de instituciones democráticas sólidas. 

Para que los votantes puedan evaluar efectivamente el cumplimiento de los compromisos, es crucial que tengan acceso a información clara, precisa y objetiva sobre las acciones y políticas implementadas por los gobiernos y los candidatos. La transparencia gubernamental y una prensa libre que pueda informar y criticar las acciones del gobierno son fundamentales para este proceso. 

Los debates públicos, foros y otros espacios de discusión permiten a los candidatos presentar sus propuestas y rendir cuentas sobre su desempeño anterior. Estos espacios también permiten que el público y los expertos cuestionen y evalúen las promesas y acciones de los políticos. 

La participación ciudadana no se limita al acto de votar. Incluye la participación en debates, la formación de opiniones públicas, la movilización en torno a temas específicos y la exigencia de cuentas a los representantes. Una ciudadanía activa y comprometida es esencial para mantener a los líderes responsables. 

Las instituciones democráticas, como los tribunales y los órganos electorales independientes, juegan un papel crucial en el aseguramiento de elecciones justas y libres, así como en la implementación y el respeto de las leyes que rigen el cumplimiento de promesas y la rendición de cuentas. Debe haber garantía del respeto al voto y de su ejercicio en paz y tranquilidad.

No debemos soslayar que la educación cívica es fundamental para que los ciudadanos comprendan sus derechos y responsabilidades dentro de una democracia, incluida la importancia de votar y cómo evaluar críticamente las promesas y desempeños de los candidatos. Por ello las autoridades y todos los sectores de la población deben hacer la mayor promoción posible para que la gente acuda a votar.

Ahora bien; es preciso que se establezcan mecanismos adecuados para que aún después de la jornada electoral, los ciudadanos puedan seguir participando y expresando sus opiniones sobre el desempeño del gobierno. Esto puede incluir audiencias públicas, procesos de consulta y otras formas de participación directa en la toma de decisiones.

En resumen, las elecciones ofrecen una oportunidad clave para evaluar y reflexionar sobre el cumplimiento de los compromisos políticos. Sin embargo, la efectividad de este proceso depende de una serie de factores interrelacionados que fortalecen la democracia y aseguran que los líderes sean responsables ante las personas a las que sirven.




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