Unir o dividir

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

Manifiesta Enrique de la Madrid que la tarea más relevante de un líder social, se centra en unir y coordinar al grupo social promoviendo la colaboración, la solidaridad y la integración.

En su reciente visita a Zacatecas, escuché al Licenciado Enrique de la Madrid Cordero expresar lo importante que es para el desarrollo de los pueblos la unidad y la armonía, dejando claro que la división y la discordia sólo provoca odios, desencuentros y fragmentación social.

Manifiesta Enrique de la Madrid que la tarea más relevante de un líder social, se centra en unir y coordinar al grupo social promoviendo la colaboración, la solidaridad y la integración entre los individuos y grupos que la conforman. Cuando se orientan los esfuerzos a unir y coordinar a la sociedad, se fomenta un sentido de comunidad, de respeto mutuo y trabajo conjunto para alcanzar objetivos que son del interés de todos y ello puede lograrse a través de diversos mecanismos como el diálogo, la participación ciudadana, la inclusión, la creación de espacios de encuentro y la promoción de valores, cimentados fundamentalmente en la tolerancia y en la empatía.

Contrario a esto, la estrategia de dividir y separar a la sociedad implica la fragmentación y el distanciamiento entre sus miembros, y con ello el debilitamiento de las estructuras sociales. Este distanciamiento de por sí ocurre debido a diferencias socioeconómicas, políticas, culturales, étnicas o religiosas, pero hay que destacar que cuando la sociedad se separa y se divide, lo más seguro es que surjan tensiones, conflictos, desconfianza entre los grupos, y ello afectará la cohesión social, de manera tal que se vuelve difícil la resolución de problemas comunes. La sociedad dividida, fragmentada, debilitada, es presa fácil de sus enemigos o de quienes desean hacerse de sus propiedades, posesiones o derechos. De ahí el famoso dicho de “divide y vencerás”.

Lamentablemente tanto la unión y coordinación, como la división y separación son circunstancias que están presentes en todos los grupos sociales; unos más y otros menos, pero la mayoría están enfocados a marcar, subrayar y a hacer notar sus diferencias, y hasta hacen a un lado las causas comunes, que son aquellas que se derivan del hecho de vivir en comunidad. Sólo como ejemplo veamos los debates que se dan en los órganos parlamentarios, tanto locales como federales. Los integrantes de cada fracción buscan vencer, no convencer; buscan avasallar y ridiculizar, no concordar. Los intereses particulares o de grupo se sitúan por encima de los intereses o las causas comunes.

Estas diferencias de alguna manera pueden coexistir en distintos niveles y contextos, pero la manera en que la sociedad enfrente estos desafíos dependerá en gran medida del liderazgo, de la estrategia contenida en las políticas públicas, la educación, y la voluntad colectiva de sus integrantes para edificar una convivencia armónica, pacífica y justa.

Lo relevante de esto es que una sociedad unida y coordinada tiene mayores posibilidades de prosperar y superar desafíos en conjunto, en tanto que una sociedad dividida y separada tenderá a enfrentar dificultades y obstáculos para avanzar, toda vez que estará experimentando tensiones y conflictos internos, de ahí que la estrategia debe centrarse en fomentar la inclusión, el respeto y la solidaridad para construir una sociedad con más coincidencias, y más equitativa; un México con mejores oportunidades para todos.




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