Los partidos políticos y las cuotas de género, edad, etc.

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

Existe un debate sobre si las cuotas garantizan que los candidatos seleccionados estén calificados y sean representativos de sus grupos.

En México se ha ido estableciendo para los Partidos Políticos la obligación de cumplir con ciertas cuotas de género y otros mecanismos de inclusión en la postulación de candidatos, a efecto de construir un sistema político más representativo y equitativo, en línea con los principios democráticos de inclusión y diversidad. Algunos de los aspectos más relevantes de estas políticas son: 

Cuotas de Género. México ha sido de los principales impulsores en la implementación de la paridad de género en las candidaturas políticas. Las reformas legales han establecido que los partidos políticos deben postular, tanto a nivel federal como local, incluyendo el Congreso, las gubernaturas y los ayuntamientos, a un número igual de hombres y mujeres para cargos de elección popular, pero también en la conformación de los gabinetes gubernamentales, en los poderes judiciales, y en otros ámbitos administrativos. Este, sin lugar a dudas, es un acto de justicia especialmente para las mujeres, históricamente discriminadas por razón de su género.

La paridad debe cumplirse tanto vertical como horizontalmente, es decir; los partidos deben alternar entre candidatos de diferentes géneros en sus listas (vertical) y asegurar la paridad en todos los niveles de elección (horizontal).

Juventud: También se han establecido cuotas para jóvenes, asegurando que un porcentaje de los candidatos de los partidos políticos pertenezcan a este grupo etario. Esto busca incentivar la participación política de los jóvenes y asegurar que sus perspectivas y necesidades sean consideradas en la toma de decisiones.

Pueblos Indígenas y Afrodescendientes: Se han hecho esfuerzos para incluir a representantes de pueblos indígenas y afrodescendientes, reconociendo la diversidad cultural de México y la importancia de dar voz a estas comunidades en el ámbito político. 

Diversidad Sexual: Aunque las cuotas específicas para personas LGBT+ no están tan institucionalizadas como las de género, ha habido avances significativos en la representación de este grupo en la política. Algunos partidos han tomado la iniciativa de incluir candidaturas de personas LGBT+ para promover la diversidad y la inclusión. 

Desafíos y Debates. Aunque las normas establecen cuotas claras, uno de los principales desafíos es asegurar su cumplimiento efectivo, porque en ocasiones, los partidos buscan formas de cumplir con estas reglas solo formalmente, sin un compromiso real con la inclusión, lo que podemos ver en la actualidad, ahora que los partidos están desarrollando sus procesos internos para designar a sus candidatos. 

Existe un debate sobre si las cuotas garantizan que los candidatos seleccionados estén calificados y sean representativos de sus grupos, o si simplemente cumplen con un requisito legal sin aportar sustancialmente a la calidad de la representación.

El debate se centra en torno a su relación con los principios democráticos, pues hay quien asegura que la idea detrás de estas cuotas es promover la inclusión y asegurar una representación más diversa y equitativa de la sociedad en las instituciones democráticas, aunque también hay argumentos en contra que se deben considerar.

De un lado se afirma que las cuotas ayudan a corregir desequilibrios históricos y estructurales en la representación política, asegurando que grupos antes subrepresentados tengan voz en la toma de decisiones y que así se asegura que las instituciones políticas reflejen mejor la composición de la sociedad, lo que es un principio fundamental de la democracia y que la inclusión de diversas perspectivas puede enriquecer el debate y la formulación de políticas, llevando a decisiones más informadas y consideradas. 

De otro lado se argumenta que las cuotas pueden llevar a la selección de candidatos basada más en criterios demográficos que en habilidades, experiencia o méritos, lo que podría afectar la calidad de la representación y gobernanza, y que además las cuotas constituyen una imposición que limita la autonomía de los partidos políticos, y que afecta en gran medida a la militancia, pues al favorecer a ciertos grupos, provocan una discriminación inversa, pues dejan fuera a otros que no están específicamente protegidos por estas medidas, como hombres en contextos donde las cuotas de género favorecen a las mujeres.

Las cuotas pueden llevar a la percepción de que los candidatos de grupos específicos están ahí solo para cumplir con el requisito, y no por sus capacidades, lo que puede generar división y socavar la legitimidad de los representantes.




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