La marcha de la lealtad

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

Una de estas grandes epopeyas, que debemos recordar por siempre, y contarla a nuestros jóvenes, es la marcha de la Lealtad del nueve de febrero de 1913, escenificada por los cadetes del Colegio Militar.

La historia de México nos da cuenta de muchos hechos en los que la población, pero sobre todo los jóvenes, han dado muestras de lealtad, de solidaridad, de valentía y arrojo en defensa de la nación, hechos que han sido y seguirán siendo inspiración para las generaciones actuales y futuras.

Una de estas grandes epopeyas, que debemos recordar por siempre, y contarla a nuestros jóvenes, es la marcha de la Lealtad del nueve de febrero de 1913, escenificada por los cadetes del Colegio Militar, que sacaron la casta frente a los traidores a la nación.

Ese día, un grupo de militares, encabezados por los Generales Manuel Mondragón, Bernardo Reyes y Gregorio Ruiz iniciaron un motín en Tacubaya y Tlalpan en contra del Presidente Constitucional Francisco I. Madero y engañaron a los alumnos de la Escuela Militar de Aspirantes, para que se apoderarán del Palacio Nacional, que fue recuperado por el General Lauro Villar, con soldados leales del 20/o. y 24/o. Batallones de infantería.

El Presidente Madero decidió marchar de Chapultepec a Palacio Nacional para festinar el triunfo de los leales sobre los revoltosos y traidores, llevando como escolta a los alumnos del Colegio Militar, a quienes exhortó de la siguiente manera:
“…“Ha ocurrido una sublevación, y en ella la Escuela de Aspirantes arrastrada por oficiales indignos de su uniforme, ha echado por tierra el honor de la juventud del Ejército. Este error solo puede enmendarlo otra parte de la juventud militar y por eso vengo a ponerme en manos de este Colegio, cuyo apego a la disciplina y deber no se ha desmentido nunca. Os invito a que me acompañéis en columna de honor, hasta las puertas de Palacio.

Los cadetes, con honor y valentía, escoltaron al Presidente y su comitiva, hasta la Plaza de la Constitución, en medio del regocijo de la gente que se fue uniendo en el camino. El General Villar, que había sido herido, fue sustituido por el General Victoriano Huerta como Comandante de Plaza, pero éste traicionó al Presidente y el 17 de febrero lo apresó junto con el Vicepresidente José María Pino Suárez y los hizo renunciar para que se nombrara a Pedro Lascuráin, quien a su vez renunció para que Victoriano Huerta asumiera la Presidencia. Madero y Pino Suárez fueron asesinados el 22 de Febrero. ¡¡¡Destaca frente a la traición la lealtad de los jóvenes¡¡¡




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