Educación y democracia
Savater afirma que una democracia efectiva depende de ciudadanos bien informados y comprometidos.
A propósito de la discusión que se ha venido dando sobre el contenido de los libros de texto dentro del ámbito educativo, se antoja reflexionar en el derecho de la sociedad a estar ampliamente informada y enterada de los aconteceres que tienen que ver con la vida colectiva, a fin de propiciar una participación de calidad en la toma de decisiones.
Es cierto que en cualquier sociedad hay una diversidad de niveles de conocimiento y entendimiento sobre asuntos políticos y sociales, pero hay que hacer notar que algunos críticos argumentan que esta diversidad puede llevar a decisiones deficientes si se permite que personas con poco conocimiento o información incorrecta influyan en los resultados electorales o en la formulación de políticas públicas, de ahí que el sistema educativo debe estar orientado a formar conciencia social, sin sesgos de ninguna naturaleza, para que pueda aportar opiniones, conocimientos, esfuerzos y compromisos para el bienestar común.
El escritor, filósofo y activista español Fernando Savater, quien es ampliamente conocido por sus puntos de vista sobre ética y política, ha esbozado diversas críticas a la falta de educación cívica y el desconocimiento de los problemas sociales, afirmando que esta falta de preparación es un obstáculo para el funcionamiento adecuado de la democracia, y éstas críticas las resume en la expresión de que “Una democracia de ignorantes no puede funcionar”; aseveración que es reflejo de su preocupación por cómo la falta de conocimiento y comprensión entre los ciudadanos puede socavar los principios fundamentales de la democracia.
Savater afirma que una democracia efectiva depende de ciudadanos bien informados y comprometidos que puedan tomar decisiones racionales y responsables sobre asuntos políticos y afirma que si la población carece de conocimientos básicos sobre cómo funciona el gobierno, los problemas políticos, o los derechos y responsabilidades de los ciudadanos, es más probable que las decisiones sean influenciadas por prejuicios, desinformación o emociones superficiales en lugar de una consideración informada de los problemas.
En el contexto de esta expresión, Savater hace hincapié en la importancia de la educación cívica y el acceso a la información precisa y confiable como base para una democracia saludable. No se basa en desestimar o menospreciar a las personas mal informadas, sino más bien en resaltar la necesidad de empoderar a los ciudadanos con el conocimiento necesario para participar de manera significativa en el proceso democrático y tomar decisiones que beneficien al conjunto de la sociedad.
Esta contundente expresión de Savater, supone la necesidad de establecer una estrecha conexión entre la educación, el conocimiento ciudadano y la funcionalidad de la democracia; es decir, la conveniencia de combatir la falta de información y de educación para garantizar que la democracia opere de manera efectiva y representativa.
No olvidemos que la democracia es un sistema en el que el poder reside en el pueblo, y se basa en la participación ciudadana en la toma de decisiones políticas a través del voto y la representación. Aunque la democracia puede tener sus desafíos y problemas, como la desinformación o la falta de participación informada, también es un sistema que busca asegurar la inclusión y la voz de todos los ciudadanos.