Ecos de la marcha

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

La historia nos da cuenta del trato que desde el poder se le ha dado a este tipo de manifestaciones; algunas han sido obstaculizadas, perseguidas, impedidas; otras, limitadas hasta los intereses del poder.

Una marcha es una manifestación social que regularmente se realiza para protestar por algo o contra algo o para exigir atención a determinadas demandas, utilizando la calle a efecto de hacerla pública. Del lado de la calle están siempre los que protestan o se manifiestan; en tanto que del otro lado  se encuentran las autoridades, investidas de poder. 

La historia nos da cuenta del trato que desde el poder se le ha dado a este tipo de manifestaciones; algunas han sido obstaculizadas, perseguidas, impedidas; otras, limitadas hasta los intereses del poder y otras, permitidas no sin cierto recelo, esperando que no tengan eco en la población. Hay otras, en cambio, que son inducidas, estimuladas y hasta patrocinadas desde el poder para dar idea de respaldo popular. De todo hay en la viña del señor.

Las marchas son convocadas por causas obreras, campesinas, estudiantiles, de mujeres, amas de casa, jóvenes, etc, regularmente luchando por sus intereses de grupo o de género, pero también las hay con una causa determinada que interesa a todos los grupos sociales; hombres, mujeres, jóvenes, organizaciones sociales, empresarios, estudiantes, profesionistas, comunicadores, partidos políticos, como lo ha sido la marcha del domingo trece de noviembre, cuya motivación esencial fue la defensa del INE.    

No fue una marcha contra el Gobierno ni contra Morena. Fue una marcha ciudadana con un alto sentido de responsabilidad; pacífica, ordenada, sin insultos, sin daños a terceros, para expresar su confianza en una institución que nos ha costado mucho a los mexicanos, que fue concebida e impulsada por los partidos opositores al PRI en su momento, para construir un sistema que desterrara el fraude electoral y la compra de votos. Una institución orientada a consagrar el respeto a la voluntad popular que ha demostrado su eficacia, siendo garante de la legalidad y de la democracia, haciendo respetar la voluntad ciudadana de instaurar alternancia en el poder de manera pacífica; sin derramamiento de sangre y sin odios y enconos entre los mexicanos. Eso es lo valioso de INE. Por eso la gente lo respalda.

El Presidente López Obrador ha expresado reiteradamente su deseo de darle a los mexicanos la seguridad de que no se repitan las prácticas del pasado, y creo que en eso coincidimos todos los mexicanos; por ello  la sociedad ha opinado que debemos reformar lo que sea estrictamente necesario reformar, y dejemos en pie lo que nos da confianza y seguridad, como el INE.  




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