Desastres desastrosos

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

La ubicación y diversidad geográfica y climática de nuestro país lo convierte en constante víctima de múltiples desastres naturales.

¿Después de todo qué es el hombre en la naturaleza? Nada en relación con la infinidad, todo en relación a la nada. Un punto central entre la nada y el todo e infinitamente lejos de entender la diferencia entre estas dos posturas. Blaise Pascal

La ubicación geográfica y diversidad geográfica y climática de nuestro país lo convierte en constante víctima de múltiples desastres naturales que provocan muertes, lesiones, destrucción, enfermedades, desesperación social, desempleo,  éxodos, etc.

Nuestro territorio se encuentra lleno de sobresaltos y vicisitudes, como lo son:

  1. Terremotos: La Revista Forbes, en una publicación de Septiembre de 2021, nos dio cuenta con los sismos más devastadores que ha habido en nuestros territorio, desde aquel ocurrido el 28 de marzo de 1787 en Oaxaca, de 8.6 grados, al que llamaron “El Gran Tsunami de México”; el sismo de Acambay del 19 de noviembre de 1912, el sismo del ángel ocurrido el 27 de julio 1957; el terrible sismo del 19 de septiembre de 1985, el sismo conocido como El Mayor – Cucapah en Mexicali, del 4 de abril de 2010, y el no menos grave del 19 de septiembre de 2017.
  1. Huracanes: Tanto la costa del Golfo de México como la del Pacífico son propensos a ser afectados por huracanes durante la temporada de huracanes, que generalmente va de junio a noviembre. Estos fenómenos pueden causar inundaciones, vientos fuertes y daños materiales significativos, como ha sucedido hace algunos días en el Estado de Guerrero, específicamente en Acapulco, donde ha dejado incalculables daños que serán difíciles de superar.
  1. Erupciones volcánicas: Como bien sabemos, nuestro país es cuna de varios volcanes activos, incluido el Popocatépetl. Las erupciones volcánicas pueden causar daños a las comunidades cercanas, así como la emisión de ceniza y gases volcánicos.
  1. Inundaciones: México también experimenta inundaciones debido a lluvias intensas y ciclones tropicales. Las zonas bajas y las áreas cercanas a ríos y arroyos son particularmente vulnerables.
  1. Deslizamientos de tierra: Con cierta frecuencia observamos los deslizamientos de tierra que ocurren después de lluvias intensas o sismos, en áreas montañosas y colinas, lo que puede poner en riesgo a las comunidades locales, carreteras y caminos.
  1. Sequías: En algunas regiones de México, como lo es en Zacatecas, las sequías son un problema recurrente, lo que afecta la disponibilidad de agua y puede tener un impacto significativo en la agricultura y la seguridad alimentaria.
  1. Incendios forestales: En temporada seca, el riesgo latente de incendios forestales se convierte en un serio problema en diferentes partes del país, particularmente en áreas boscosas.

Ciertamente no hemos podido doblegar a la naturaleza, pero sí hemos logrado disminuir sus dañinos efectos.

En todos estos eventos acecha la muerte y la desolación, y aunque no son nuevos y existe una serie de protocolos de prevención y atención, cuando ocurren muestran en muchas ocasiones insensibilidad, improvisación, falta de cuidado y la ausencia de recursos para hacerle frente a sus efectos, aunque del lado positivo podemos señalar la solidaridad de la sociedad mexicana, que siempre se hace presente.

Necesitamos revisar los protocolos y las organizaciones de gestión de desastres para trabajar continuamente en la prevención, mitigación y respuesta a estos desastres naturales. La preparación y la educación pública son esenciales para minimizar el impacto de estos eventos en la población y en su patrimonio.




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