Crisis de amistad, crisis política y viceversa

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

Hoy en día es difícil aceptar que sólo los momentos difíciles te revelarán quiénes son tus verdaderos amigos, pero es cierto.

En un escrito del famoso teólogo español Joseph M. Rambla Blanch, hace referencia a Marco Tulio Cicerón, quien en el año 44 A.C. escribió el Tratado de Amictia, preocupado por el descenso de la amistad en la política que se evidenció en el momento del declive de la República.  En su escrito, trae el recuerdo de dos grandes políticos, Escipión y Leli, que se caracterizaron por la calidad de su amistad y hacía énfasis en el hecho de que la amistad no está reñida con la política, sino más bien que es un buen fundamento para la buena marcha de la vida política; refiriéndose a personas concretas, levantaba el ánimo de los lectores recordándoles que es posible y hay que vivir la amistad en la política.

Cicerón anteponía la benevolencia como primera expresión de la amistad. Es decir, querer el bien del otro, un cierto afecto. ¿Qué pensaremos los mexicanos en la actualidad de aquella persona que tiene como ideal de la política convertir al adversario en enemigo y criticarlo, aplastarlo o eliminarlo?. Aristóteles sostenía que cuando los hombres son amigos, no hay ninguna necesidad de justicia. “Conviene, pues, que el uno al otro se tengan buena voluntad y se deseen todo bien, y que esto lo entienda el uno del otro, y esto por alguna de las razones que están dichas”.

Hoy en día es difícil aceptar que sólo los momentos difíciles te revelarán quiénes son tus verdaderos amigos, pero es cierto. Un amigo de verdad se queda, te apoya, te escucha, te da una opinión sin filtros porque de verdad te estima; los demás inventan excusas, procedimientos, encuestas, y te dan la espalda durante la tormenta. Una crisis de política genera una crisis de amistad.

En política se dice que en la prosperidad, nuestros amigos nos conocen; en la adversidad, nosotros conocemos a nuestros amigos, dicho que en muchos momentos ha demostrado que tiene fundamento, sobre todo cuando el que tiene el poder de decisión, elige para alguna encomienda a alguien dejando de lado a quien se creía con más cercanía, con mayor amistad o con mayores merecimientos, aptitudes, capacidades, popularidad, etc. Para quien la decisión no le favoreció es equivocada, errónea, desafortunada y a partir de ese momento va a centrase en demostrar el equívoco, sin reparar en la amistad, la lealtad o el compromiso.

De qué lado se fragmentó la amistad? Del que eligió o del que no fue ungido? ¿Quién fue el desleal o traidor? Cada quien tendrá su verdad; cada uno dará su versión, y ninguno dará su brazo a torcer. Son muy raras las ocasiones en las que el que eligió confiese que se equivocó; como raras son las veces en que alguien reconozca que no era la mejor opción y que por eso no fue el elegido. Por eso mismo la democracia es muy complicada; porque existe para el que gana y se ausenta para el que pierde.

Hoy, aunque se diga que no, hay una crisis política en Morena, que después de un procedimiento adelantado, el Presidente Andrés Manuel López Obrador designó a seis amigos, unos más que otros, para que de entre ellos se seleccionara a quien será el que encabece la lucha de ese Partido para continuar en el ejercicio del poder.

Ninguno de los seis participantes es nuevo en política y decidieron participar aunque de antemano se veía que la preferida era Claudia Sheinbaum, pero como en política no hay nada seguro, apostaron a sus capacidades, experiencia, aptitudes, y su amistad con el Presidente, pero el amigo, seguro de a quién quería para que lo sucediera, no flaqueó y ordenó correr las cortinas para develar a la que ya se sabía ungida, generando una crisis de amistad. Adán Augusto; un hombre prudente y cuidadoso es, sin lugar a dudas, el hombre de más confianza del Presidente, y en función de esa cercanía va a conducir los procesos siguientes. Marcelo Ebrard, de gran capacidad y experiencia, sentía que el Presidente se la debía porque antaño se había sacrificado por el amigo, y no aguantó un engaño más. Se fragmentó la amistad y da paso a una crisis política. El experimentado zacatecano Ricardo Monreal, quien ha estado desde siempre con López Obrador, sagaz y muy preparado para gobernar, fue desdeñado injustamente desde el principio hasta el final del proceso, pero aún así aguanta y sopesa; calcula y espera, no truena ni revienta, y por un lado, quien también es amigo del Presidente, de Ebrard y de Monreal; Dante Delgado de Movimiento Ciudadano, está a la expectativa para cachar y del otro lado, ¡¡Xóchitl Va!!

La amistad, la lealtad y el compromiso son tres valores fundamentales en la política, y en muchas otras esferas de la vida humana. Estos valores pueden servir como pilares para construir políticas más éticas, justas y sostenibles y pueden actuar como brújula moral para guiar acciones y decisiones en beneficio del bien común.¡¡Saludos!!




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