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El Runrún

El Runrún: Urge programa emergente de empleos ante despidos en Newmont

El Runrún: Urge programa emergente de empleos ante despidos en Newmont

Ángel Román, Rector de la UAZ. | Foto: Cortesía.

El Runrún de hoy, domingo 19 de octubre del 2025.

Grupo Imagenzac
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19 de octubre 2025

La confirmación del gobierno estatal sobre la salida de 280 trabajadores de Newmont Peñasquito revela una vez más la vulnerabilidad laboral que enfrentan los zacatecanos.
Si bien es cierto que la empresa no se va de Zacatecas y su presencia está asegurada, al menos hasta 2032, la realidad es que el cierre de empleos, aunque parcial, genera una crisis silenciosa para cientos de familias. La economía estatal no puede depender únicamente de los vaivenes de una corporación multinacional, por estratégica que sea su operación.
Es positivo que la Secretaría de Economía ofrezca alternativas laborales a los afectados, pero esta respuesta resulta insuficiente si no se acompaña de un programa emergente y estructurado que promueva la reconversión laboral, la capacitación y la creación de empleos en sectores diversificados.
Zacatecas debe aprovechar la presencia de Newmont no solo para la extracción de metales, sino como detonante de inversión en industrias auxiliares y en proyectos productivos locales que garanticen estabilidad más allá de los ajustes corporativos.
Asimismo, el gobierno estatal debe transparentar las estrategias de sustitución de empleos y establecer plazos claros para la recolocación de los trabajadores. Ignorar la urgencia de este fenómeno sería reproducir el modelo de reacción tardía que históricamente ha afectado a la entidad.
La oportunidad está frente a nosotros y se debe aprender a usar el auge del sector minero como palanca para impulsar la resiliencia laboral y fortalecer la economía local, asegurando que los zacatecanos no sean simplemente víctimas de decisiones corporativas externas. Aún hay tiempo para ello

Ángel Román sacude estructuras sindicales y académicas UAZ
El rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Ángel Román Gutiérrez, ha dejado claro que no llegó a la rectoría para simular. A poco más de un mes de haber asumido el cargo, anunció una revisión exhaustiva de las condiciones laborales en las que recibió la institución el pasado 6 de septiembre.
Su decisión marca el inicio de una etapa inédita en la historia reciente de la UAZ: la de la transparencia y la rendición de cuentas internas. Los señalamientos de 491 movimientos irregulares documentados por el SPAUAZ representan una oportunidad única para destapar décadas de abusos y privilegios. La muestra es lo que ocurrió el viernes al arreglar el conflicto en la Unidad Académica de Ciencias Químicas, que seguramente será el ejemplo a seguir en el resto de los centros de trabajo.
En esa lista podrían figurar nombres de quienes han hecho del sistema universitario un negocio personal o político y que al igual que los de sus familiares, han sido beneficiados con contrataciones cuestionables.
El mensaje de Román es que no habrá intocables. La universidad pública debe servir al conocimiento y a la sociedad, no a los intereses particulares ni al clientelismo sindical. En esta sacudida, también deberán responder quienes fueron responsables directos de las irregularidades, como Armando Flores de la Torre y Rubén Ibarra Reyes.
La comunidad universitaria vive un momento decisivo. Si la revisión avanza con firmeza y sin revanchismo, la UAZ podría sentar un precedente histórico en materia de ética institucional y recuperar la confianza perdida ante la sociedad zacatecana.

Urge sensibilidad en Sader y Conagua hacia campesinos
La publicación de las nuevas Reglas de Operación del Programa de Precios de Garantía 2025 por parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y Segalmex, muestra que hay voluntad del Gobierno Federal para atender al campo mexicano.
Este esfuerzo busca fortalecer los ingresos de pequeños productores y preservar cultivos tradicionales como el maíz nativo o criollo pigmentado. Sin embargo, la voluntad nacional no basta si las autoridades estatales siguen actuando con indiferencia.
En Zacatecas, los problemas estructurales del campo —la falta de agua, los costos de producción y la ausencia de apoyos técnicos— siguen sin resolverse, en buena medida por la falta de sensibilidad de los delegados de la Conagua y la Sader. Es momento de que Víctor Manuel Reyes Rodríguez, responsable de CONAGUA, comprenda que no se puede seguir pateando los problemas hacia la Federación.
El campo necesita acompañamiento institucional, no trámites burocráticos ni discursos. Cada ciclo agrícola perdido por omisión o negligencia representa familias endeudadas y comunidades desiertas. El programa federal es una herramienta importante, pero sin una gestión territorial eficiente, quedará como una buena intención más.
Hoy, cuando el país intenta recuperar su autosuficiencia alimentaria, Zacatecas debe demostrar que sabe trabajar en conjunto. La federación ya dio un paso; ahora toca a las autoridades locales hacerlo valer con empatía, compromiso y resultados tangibles para los productores.

La autopista que se cobra la vida de los zacatecanos
Una vez más, este fin de semana la autopista Zacatecas–Aguascalientes fue escenario de otro trágico choque. No es un hecho aislado ni una fatalidad más: es la consecuencia directa del abandono de una vialidad que desde hace años se conoce como la “carretera de la muerte”. El gobierno federal, a través de Capufe, es el responsable de su mantenimiento, pero se ha lavado las manos una y otra vez, mientras el gobierno estatal alega que nada puede hacer porque no es de su competencia. Entre la indiferencia de unos y la resignación de otros, los zacatecanos seguimos exponiendo la vida cada vez que tomamos esa ruta. El pavimento en mal estado, la falta de señalización, la oscuridad nocturna y la ausencia de vigilancia hacen de ese tramo una trampa mortal. No puede ser que en pleno 2025 la seguridad vial siga siendo un asunto sin dueño, un pendiente eterno que solo se recuerda cuando hay víctimas. Urge que alguien asuma la responsabilidad, porque la paciencia —y las vidas— se están agotando.

Runrunazos
Las calles de Zacatecas comienzan poco a poco a recuperar la vitalidad y la alegría que se respiraban antes de la pandemia. El Festival Internacional de Teatro de Calle ha tenido una gran afluencia de público, a pesar de la escasa difusión y de que su enfoque ha sido más hacia los habitantes locales que hacia la atracción de turistas. También la Carrera Panamericana logró captar la atención de cientos de zacatecanos; su clausura, en las inmediaciones de la Catedral, se convirtió en una fiesta llena de espectadores emocionados. Zacatecas empieza a reencontrarse con su esencia: la gente vuelve a apropiarse de los espacios públicos, a caminar sus calles y, aunque sea por un momento, a olvidar el miedo que por años dominó el ambiente.

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