
Willie González, presidente de Fuerza Regia. | Foto: Cortesía.
El Runrún de hoy, viernes 17 de octubre del 2025.
La caldera política en la que se encuentra el gobernador David Monreal empieza a hervir de manera apresurada. Lo sucedido ayer en Paraíso Caxcán es una muestra de que dentro del círculo más cercano al mandatario, el fuego ya no se controla.
El jefe de la Oficina de la Gubernatura, Carlos Zúñiga Rivera, apareció como organizador del informe legislativo de la senadora Verónica Díaz, un evento que, más allá del acto público, exhibe el uso de recursos humanos y materiales del gobierno estatal para favorecer a una aspirante política.
El hecho no sólo raya en la irregularidad, sino que confirma la tendencia preocupante de que la oficina gubernamental parece haber asumido una función electoral no declarada. Lo que debería ser el espacio de coordinación administrativa y técnica del Ejecutivo se ha transformado en una plataforma de promoción personalizada.
Esta maniobra, además, desnuda la estrategia que desde el Palacio de Gobierno se estaría operando para posicionar a Verónica Díaz como la carta fuerte de Morena rumbo al 2027. En ese escenario, Monreal Ávila no sólo se calienta por el fuego interno, sino que corre el riesgo de quedar atrapado entre las brasas de la disputa sucesoria.
Extorsión policial en Zacatecas derriba discurso oficial
El discurso oficial que presenta a la Policía Estatal de Zacatecas como modelo de eficiencia y honestidad se desplomó ante la denuncia del presidente de Fuerza Regia, Willie González. Su testimonio, relatado públicamente en el programa “La Hora de Willie”, evidenció que la corrupción no es una teoría lejana: oficiales uniformados con el emblema de la FRIZ exigieron pagos indebidos para permitir a los directivos de Fuerza Regia mientras se dirigían a Zacatecas para el partido entre Mineros y Fuerza Regia.
Lo ocurrido no sólo empaña la imagen del estado, sino que exhibe un problema estructural, en el que la seguridad y la promoción turística se presumen como fortalezas, mientras en la realidad ciudadanos y visitantes enfrentan amenazas directas, abusos y extorsiones.
La indignación de González refleja la frustración de una sociedad que espera protección, no lucro, de sus instituciones. Y más allá del escándalo mediático nacional, el llamado debe ser a la acción: las autoridades estatales tienen la obligación de investigar, sancionar y restaurar la confianza ciudadana. Mientras eso no ocurra, cualquier discurso sobre honestidad, disciplina o preparación policial carece de toda credibilidad. Zacatecas, paradójicamente, se convierte en ejemplo de lo que no debe ser la seguridad pública. ¿Dirá algo el General Mayoral al respecto?
¿Dónde está el helicóptero Blackhawk de Zacatecas cuando se necesita?
Mientras en Monterrey, el gobernador Samuel García envió su helicóptero Black Hawk a Veracruz con víveres y apoyo para los damnificados —una acción que su gobierno presume como ejemplo de solidaridad—, en Zacatecas nadie sabe qué fue del Black Hawk estatal. ¿No gobierna allá una zacatecana emanada de la misma 4T que aquí promete eficiencia y reacción inmediata ante emergencias? La comparación resulta inevitable.
Desde hace varias semanas, los cielos zacatecanos dejaron de escuchar el rugido característico de esa aeronave que alguna vez simbolizó la fuerza de respuesta ante hechos de violencia o desastres naturales. No apareció en el reciente operativo de Villanueva, donde fueron detenidas once personas presuntamente vinculadas al crimen organizado, ni se le vio trasladando ayuda humanitaria a las zonas afectadas por las lluvias. En cambio, el Black Hawk de Nuevo León voló hasta Poza Rica con alimentos y personal de auxilio.
La última vez que se tuvo registro visual del helicóptero zacatecano fue en Chiapas, acompañando al secretario de Seguridad Pública de aquella entidad. Desde entonces, silencio. En un estado que enfrenta crisis de seguridad y emergencias constantes, la ausencia del Black Hawk no es un detalle menor. La ciudadanía tiene derecho a saber dónde está, en qué condiciones se encuentra y por qué no se utiliza.
La pregunta es directa y urgente: ¿dónde está el Black Hawk de Zacatecas?
Runrunazos
Mientras Zacatecas arde en inseguridad y abandono, nuestras y nuestros diputados parecen más interesados en el tour político que en sus distritos. Ahí tenemos a Dayanne Cruz, diputada del Distrito 11, muy puesta en el informe de la morenista Julia Olguín en Jerez —y días antes, señalando baches en la capital, porque al parecer su distrito anda sin problemas—. Luis González, que representa Jerez, prefirió irse a Apozol a aplaudirle a Vero Díaz, porque claro, lo suyo no es quedarse en casa. Susana Barragán fue vista muy sonriente frente a Catedral en la Carrera Panamericana, mientras Villanueva, con sus recientes focos rojos de violencia, puede seguir esperando. En Pánuco preguntaron por Fer Miranda, pero nadie supo qué responder; y de Maritere en Guadalupe, ni una foto en el jardín municipal, ya no digamos una gestión. ¿Y los de Movimiento Ciudadano? Tienen curules de representación proporcional, sí… pero ¿representan a quién? Porque fuera del Congreso no se les ve ni se les escucha. Así las cosas: diputados sin domicilio fijo, con más millas recorridas que resultados.