Tecnología vs servicios básicos

Si le preguntara ¿qué desea para satisfacer sus caprichos tecnológicos en un hotel, cuál sería su respuesta? Actualmente el límite es su imaginación, pero la reflexión inicial es la siguiente ¿qué necesitan las personas para sentirse 100% cómodas al momento de hospedarse en un hotel? Los dispositivos como Alexa que funcionan por comandos de voz … Leer más

Si le preguntara ¿qué desea para satisfacer sus caprichos tecnológicos en un hotel, cuál sería su respuesta? Actualmente el límite es su imaginación, pero la reflexión inicial es la siguiente ¿qué necesitan las personas para sentirse 100% cómodas al momento de hospedarse en un hotel?

Los dispositivos como Alexa que funcionan por comandos de voz y usados últimamente por marcas top de la hotelería, facilitan la interacción con la habitación, ya que se usan en funciones básicas que anteriormente eran manuales tales como abrir y cerrar cortinas, control de luces, aire acondicionado o calefacción así como encendido de aparatos electrónicos. En otros hoteles usted puede controlar todo así o por medio de una tablet que generalmente se encuentra fija en la mesa de noche de su habitación.

En otros lugares del mundo como Japón, la tecnología ha llegado más allá de la simple comodidad de no levantarse de su cama para apagar o prender artilugios, ésta la podemos encontrar ya en los sanitarios de las habitaciones donde usted en la comodidad del “trono” controla la temperatura del asiento, se prende automáticamente la luz cuando se acerca y aunque no lo crea, la tapa del mismo se levanta cuando usted se acerca. A esto puede sumarle el enjuague se adapta a la temperatura que desee y un secado rápido.

Y si con todo esto no se siente totalmente consentido, le comento que gracias a las facilidades que traerá la tecnología móvil 5G, le comento que se están probando sensores para confort de los clientes donde existirá diálogo tecnológico entre su colchón y sábanas mientras descansa. Me queda claro lo difícil que es imaginar esto y más aún si consideramos a dos objetos platicando entre sí donde su conversación será sobre la temperatura de quien los disfruta al momento de su descanso, ya sea en una muy confortable siesta o durante la noche.

Aunque no lo crea, en los siguientes años esto será mucho más sencillo de lo que se imagina gracias a la tecnología que sostendrá el denominado internet de las cosas donde con su información e interacción inteligente de sensores, su entorno vital podrá ser modificado al momento según su antojo decida.

Sin pensarlo y probablemente sin darnos cuenta, estamos constatando un avance sin precedentes en la implantación de este tipo de sensores conectados al I.O.T (internet de las cosas por sus siglas en inglés). El ejemplo más común lo tenemos en los automóviles inteligentes donde actualmente traen consigo aproximadamente 70 sensores cuya finalidad es hacer mucho mejor  y más segura la experiencia de conducción. Con estos pequeños avances se disminuye drásticamente el consumo de combustible, emisión de gases y eficiencia en el motor. Se dice que para el 2030 unos 65 sensores estarán conectados al I.O.T por cada habitante en nuestro planeta.

Es relevante comentar también que actualmente el único freno a esta tecnología son el costo de dichos sensores y el acaparamiento del espectro electromagnético que se necesita para que esto funcione en su totalidad, la regulación del mismo y la apropiación de frecuencias.

En el país vecino del norte por ejemplo, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) estudia el conceder autorización para el suministro de energía inalámbrica a todos los sensores que componen el ecosistema logístico de la cadena Walmart, mismo que representa un salto enorme para la implantación de los mismos.

Pero después del muy próximo arribo de la tecnología a los hoteles, no debemos de olvidar la esencia del servicio y preguntarnos realmente si todo esto está en los intereses de nuestros clientes.

Sin temor a equivocarme, una de las grandes razones por las que Airbnb está creciendo en el mercado se debe a que constituye un modelo turístico que veíamos como futuro y aunque nos duela a los hoteleros, han sabido colocar al viajero en el eje de la operación y distribución; en pocas palabras, el viajero con este sistema siempre encontrará lo que quiere y le acomoda, lo que más le conviene y tendrá a su alcance lo que en el momento aspira.

Desafortunadamente para los que vivimos de esto, debemos de estar conscientes en que nos hemos distraído en banalidades que consideramos servicios sin saber la opinión de los clientes, consideramos la mayoría de las veces que un súper restaurante o un muy buen bar llenarán esos vacíos que sienten los clientes en cuanto a lo que realmente esperan de nosotros.

El éxito de modelos turísticos como los de las líneas de bajo costo se ha dado gracias a que las compañías supieron leer la mente de los viajeros y entender su voluntad a la hora de escoger destinos y modos de viaje. Esta estrategia está siendo copiada actualmente por aplicaciones para hospedaje y define desde el primer momento el destino y forma del viajero, punto que los ha hecho tomar la delantera en tan competitivo mercado.

En estos días,  los hoteles de negocios están marcando tendencia gracias a la accesibilidad en tarifas y servicios, si se da cuenta, ofrecen conexión, limpieza y descanso básicamente. Los hoteles de este tipo no cuentan con muchos servicios de los hoteles de lujo, pero sus tarifas y comodidades básicas los hacen muy competitivos.

Finalmente y aunque es mucha la diferencia entre tecnología contra los servicios justos y necesarios, el cliente es quien toma la decisión final y al menos en nuestro país la comodidad y precio está venciendo al lujo. Hasta la próxima.

 




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