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Trotamundos

Quinientos años y contando

Quinientos años y contando

Raúl Muñoz Del Cojo.

Gracias a los mesones, nacieron asentamientos urbanos secundarios, lo que contribuyó al desarrollo de villas y poblaciones.

Raúl Muñoz del Cojo
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5 de diciembre 2025

Esta semana recibí un documento elaborado por el CNET (Consejo Nacional Empresarial Turístico), La Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras, el STARC (Sustainable Tourism Advanced Research Center), y por supuesto, nuestra querida Asociación Nacional de Hoteles y Moteles, el cual nos brinda un extraordinario resumen de los 500 años de la industria formal del alojamiento en México.

Como se podrá imaginar y debido a la importancia de este, trataré de compartir con usted los puntos más importantes que desde mi óptica es primordial conozca, por supuesto espero le apasionen tanto como a un servidor.

Comenzaré con el 1 de diciembre, pero de 1525 donde gracias a las actas del Cabildo de la Ciudad de México, una de las fuentes documentales más valiosas para entender la organización de la capital del virreinato de la Nueva España; sabemos qué hace cinco siglos, se extendió la autorización para el funcionamiento de un establecimiento formal de alojamiento, primer antecedente formal de la hotelería en nuestro país.

En esta época, los mesones (lugares de descanso y abastecimiento en poblaciones o zonas semi-urbanas), ventas (generalmente ubicadas fuera de las poblaciones con el mismo fin de las anteriores) y posadas (lugares catalogados como de mejor calidad con comodidades superiores a las de los mesones) respondieron a una demanda de movilidad y comercio en un territorio vasto, donde la logística esencial correspondía a dar refugio, comida y techo a los viajeros así como pastura y albergue para las bestias.

Gracias a los mesones, nacieron asentamientos urbanos secundarios, lo que contribuyó al desarrollo de villas y poblaciones en lugares estratégicos donde se comerciaba al paso de montañas, caminos y puertos.

En el correr de los siglos hemos sido testigos de una evolución acelerada, tuvimos epidemias, bajas de población y la obligación de reorganizarnos para optimizar el trabajo y la recaudación de impuestos. Con el tiempo el paisaje urbano cambió con la construcción de iglesias y plazas, así como obras hidráulicas destinadas a evitar riesgo de inundaciones. Curiosamente, todos estos hechos se encuentran documentados en las actas del cabildo de la CDMX.

Actualmente nadie puede negar la capacidad del turismo para el impulso de la prosperidad en nuestro país y, esta industria es tan compleja que integra en sus entrañas a transporte, servicios, gastronomía, diversión y experiencias. Claro está que el soporte de todas la tiene la columna vertebral del turismo, la hotelería.

Sin duda y para los autores del documento que menciono, el servicio de hospedaje no solo cumple como función logística, también constituye el punto neural en que un turista accede, interpreta y valora un destino.

Si se pregunta la importancia de esta, Paco Madrid y Gloria Godínez lo argumentan de la siguiente manera.

  1. Gracias a la hotelería el turista puede optar permanecer en cualquier sitio. No debemos olvidar que alguien fuera de su casa es vulnerable y necesita satisfacer necesidades básicas; por esto, los hoteles garantizan lo más importante de la visita al destino seleccionado.
  2. Los hoteles funcionan como nodos económicos. Una propiedad no solo genera empleos directos, estimula por igual la creación de indirectos ya que la economía turística se mueve alrededor del flujo de personas en los hoteles.
  3. La experiencia en el alojamiento define la imagen del destino y condiciona la experiencia del viajero. Si lo vemos coloquialmente, un turista perdonará fallas en el destino si su hotel ofrece comodidad, seguridad y trato profesional.
  4. La hotelería actúa como mediador cultural y es un sector que garantiza estándares basados en la calidad de seguridad, higiene y bienestar.
  5. La tradición hospitalaria mexicana de varios siglos es sin dudarlo un distintivo de nuestro país y se logra por medio de la hotelería.
  6. La hotelería se adapta e innova impulsando al resto del sistema turístico. El crecimiento de modalidades como el turismo de naturaleza, lujo o negocios, sería imposible sin un sector hotelero acompañando a cada uno de estos nichos.

Como lo comenté hace unos párrafos, gracias a esto la hotelería no es un componente turístico, es su columna vertebral, la cual garantiza alojamiento, seguridad y confort; articula la economía y hace el engranaje entre la cultura, el viajero y su experiencia. Simplemente, sin hoteles se pierde la estructura turística, capacidad económica y sentido social.

No se diga más; donde hay hotelería sólida, hay turismo vigoroso.

Para terminar con el tema, agradezco nuevamente al CNET, a la Asociación de Cadenas Hoteleras, al STARC y a la Asociación de Hoteles por este gran documento titulado 500 años de la Industria formal del alojamiento en México, del cual tomé la información para la realización de esta columna.

Hasta la próxima.

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