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Sanciones y Turismo

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Raúl Muñoz Del Cojo.

Sin dudarlo puede haber una solución al conflicto, pero por lo pronto se avecina una posible crisis en el transporte aéreo entre ambos países. 

Raúl Muñoz del Cojo
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25 de julio 2025

Hace algunos días, el Departamento de Transporte de los Estados Unidos notificó a las aerolíneas mexicanas más importantes que, a partir de 30 días después del 19 de julio, este tipo de transporte debe contar con una autorización previa del Departamento (declaración de autorización), antes de operar vuelos chárter de pasajeros o de carga con aeronaves grandes hacia los Estados Unidos.

Esta acción se toma porque nuestro gobierno ha impedido, en contra de todas las objeciones del gobierno de nuestro vecino del norte, que las aerolíneas estadounidenses ejerzan derechos operativos en el mercado entre los Estados Unidos y México, en violación a los acuerdos del transporte aéreo de Norteamérica a México del 2015.

Para entender la relevancia de una orden del Departamento de Transporte (DOT, pos sus siglas en inglés) contra nuestro país, hay que analizar el marco normativo internacional que regula el tráfico aéreo entre ambos países. Este acuerdo es conocido como el acuerdo de cielos abiertos, el cual permite a las aerolíneas comerciales de ambos países a operar vuelos comerciales de pasajeros y carga de manera recíproca bajo ciertos estándares de seguridad, competencia y transparencia. El DOT tiene la facultad como autoridad en la materia de la aviación civil en los Estados Unidos de supervisar y garantizar el cumplimiento de lo acordado.

No sé si recuerde que hace aproximadamente un año y cinco meses se nos culpó del incumplimiento de México a dicho convenio porque nuestro país confiscó “slots” en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México bajo el argumento o pretexto de “saturación”, lo que obligó el traslado forzoso de operaciones de carga al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

Sin ser expertos, los que nos dedicamos a los servicios, comentamos que toda esta clase de ocurrencias y sinsentidos de Andrés López traerían consecuencias, mismas que vivimos ahora como un posible rompimiento en materia de aviación civil entre ambos países. Pero ¿porqué la DOT tomó ésta medida que lleva a las aerolíneas nacionales a procesos burocráticos?

a) Por la prohibición de operaciones de carga en el AICM. Un decreto presidencial prohibió todas las operaciones de carga y obligó a este tipo de aerolíneas a mudarse al AIFA, medida que encareció procesos y afectó la competencia y los derechos de las aerolíneas norteamericanas.
b) Por la reducción de “slots” históricos en el AICM bajo el falso argumento de que este espacio estaba saturado. Cabe mencionar que se argumentó que la reducción era por el mantenimiento del AICM, misma que a la fecha se mantiene y su justificación no ha sido muy transparente. Le debemos sumar a este punto que algunas aerolíneas nacionales sí han podido hacer uso de estos slots afectando a la competencia.

Actualmente las consecuencias a esto son que todas las aerolíneas mexicanas que operen servicios programados entre Estados Unidos y México, deberán enviar sus horarios actuales y propuestos de pasajeros y carga antes del 29 de julio de 2025, donde se incluya información detallada del tipo de avión, frecuencia, días de operación, horarios, aeropuertos, etc. Esta revisión es con la finalidad de que el DOT revise los horarios y determine si alguna operación podría ser contraria a la ley o interés público de Estados Unidos.

Para el DOT, las restricciones impuestas por México han reducido la competencia y afectando directamente el crecimiento de oferta y los precios para los consumidores.

Por otro lado puede haber consecuencias más serias, tales como la cancelación de la aprobación de la alianza entre Delta y Aeroméxico. Sin dudarlo puede haber una solución al conflicto, pero por lo pronto se avecina una posible crisis en el transporte aéreo entre ambos países.

Finalmente comentarle lo costoso de estos manotazos al escritorio por un posicionamiento político que nos costó, cuesta y seguirá costando por muchos años a futuro. Lo peor es que a la fecha, estas estupideces solo entorpecieron el flujo del tráfico aéreo en la capital de nuestro país. Eso de que operarían Toluca, el AIFA y el AICM fue como muchas cosas del sexenio anterior “puras mentiras”.

Hasta la próxima.

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