Mi opinión del A.I.F.A.

Este pasado lunes y después de una interminable lista de dimes y diretes se inauguró oficialmente el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, obra insignia de esta administración la cual y desde un principio se ideó para dar un manotazo en la mesa y demostrar quien tiene el mando en nuestro país. Claro está que al Sr. López poco le importó el costo de esa acción para todos los que pagamos impuestos, como ya lo sabe siempre en la política es aplicable la frase del “primero yo”.

Si a usted le gusta analizar las conductas de quienes están a la cabeza de nuestras instituciones, se podrá percatar que dicha inauguración es de gran significado para el mesías tropical, ya que el AIFA junto a la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya son las obras cumbre de este sexenio con las cuales se le juzgará a futuro. Como turistero seguí parte de la misma por varios medios (ya que no fui invitado) donde traté de documentarme para poder hacer un análisis de la misma y compartirlo con usted.

Para comenzar hablaremos de los invitados, donde a ojo de buen cubero le puedo asegurar eran más de un millar de personalidades, pero tristemente y como ya es característico de esta transformación de cuarta al gremio turístico le hicieron el feo, demostrando así el nulo interés del presidente por nuestra noble actividad. Fuera de los militares uniformados y los que no (ojo con los cortes de pelo), los grandes empresarios de México y la clase política actual los cuales tienen que ir a aplaudir para el desquite de su sueldo, no vi a ninguna personalidad turística nacional.

Vimos subir al presidente a la torre de control con algunos miembros de su gabinete para atestiguar el aterrizaje del primer vuelo comercial y cual sería mi sorpresa que Miguel Torruco no estaba presente. Comentan algunos medios escritos que llegó fuera de tiempo y cuando iba al encuentro presidencial ya era demasiado tarde debido a que el presidente y su comitiva venían de regreso. Destaco en esta parte el chascarrillo de la Sra. Beatriz Gutiérrez esposa del presidente y la manera en que el presidente lo recibió, qué cara le hizo, que poco sentido del humor.

Al comenzar el evento vimos los protocolos de siempre, discursos llenos de zalamería, aplausos, porras espontáneas y la fotografía oficial. Quiero hacer mención que nuestra actividad y nuestro secretario son tan equis para Don Andrés que ni siquiera fueron para nombrarlo, las menciones de invitados se centraron en los integrantes de la primera fila.

Es indignante ver la poca importancia de esta comunidad que solo se dedica a dar trabajo y satisfacciones por parte del jefe del ejecutivo. Ante esta apertura sin pensarlo, esperé ver a los famosos capitanes de la industria los cuales sin invitación brillaron por su ausencia. Tal vez por esto todos esos tuits alabando el pésimo trabajo presidencial turístico por parte de Torruco; ternurita, ya debería de darse cuenta que ni con esos esfuerzos logra que su patrón le haga caso.

No sé quién llevaría el mando de esta inauguración. Si fueron los militares a los cuales brindo mi respeto, les sugiero se documenten ya que quienes harán crecer la actividad de estas instalaciones seremos los que vivimos de esta noble actividad. Existen en estos esquemas empresas que se dedican a las relaciones públicas, ojalá no se les pase y para eventos futuros contraten a una la cual les informe a quienes no deben de olvidar poner en la lista de presentes.

Observé en redes miles de fotos de algunos vendedores ambulantes que se colaron a este arranque de operaciones y que según tengo entendido siguen al presidente a donde vaya. Le confieso creí eran fotomontajes, tristemente no fue así. Vi en una de las salas un trompo para pastor, la famosísima señora de las tlayudas y algunos más vendiendo artículos de promoción del presidente.

Para la reflexión y sin tratar de herir susceptibilidades, me queda claro que todos tenemos derecho a ganarnos la vida de una forma honrada pero no sé como quieren se vea un aeropuerto como un lugar seguro mientras que le permiten a alguien meter un cilindro de gas para darle cocción a un trompo de pastor; y para mala fortuna del presidente, es de lo que se ha hablado en vez de la inauguración de su obra. Eso sí, es un aeropuerto muy “popular”.

Después de esta inauguración festiva de una obra que no está terminada, concluyo sin dudarlo que el objetivo de la misma no es el quitarle lo saturado al AICM ni el mejorar la experiencia de los turistas internacionales, le urgía al presidente tener otro escenario para seguir con el discurso populista donde se sigan enfrentando el pueblo pobre y bueno contra los ricos malos por excelencia.

La realidad es que si el AIFA hubiera sido correctamente planeado las personas que viven a sus alrededores se estarían beneficiando de negocios formales dentro de sus instalaciones, pero como todo en este gobierno es resultado de ocurrencias, los resultados siguen enfocándose a que el primer mandatario siga ofreciéndole todo al pueblo sabio.

Sin duda el presidente cumplió entregando a tiempo una de sus obras (inconclusa) mientras la prensa difundió lo popular de las tlayudas en esas instalaciones. ¿Cuanto más tenemos que ver para seguir creyendo en el discurso demagógico del presidente? Los invito a ser más objetivos y por otro lado espero que el AIFA desquite lo invertido. Hasta la próxima.