
El gobernador se prepara para rendir cuentas en su cuarto informe. | Foto: Cortesía.
La llegada de la presidenta fue todo un espectáculo, con tintes cuidadosamente calculados. Entre apretones de manos y sonrisas para la cámara, llamó la atención su trato especialmente amable a todos los sectores.
En Zacatecas, esta semana se jugaron muchos partidos. Algunos con balón, otros con micrófono, y varios más desde las gradas del poder. Mientras los Mineros de Zacatecas empataron con Cancún FC en un partido para el olvido dentro de la Liga de Expansión, en la cancha política también se vivieron momentos clave: la presidenta de México visitó el estado, el gobernador prepara su cuarto informe, y la Universidad Autónoma de Zacatecas tiene nuevo rector.
Puro movimiento, pero no todo fue tan deportivo como parece.
La llegada de la presidenta fue todo un espectáculo, con tintes cuidadosamente calculados. Entre apretones de manos y sonrisas para la cámara, llamó la atención su trato especialmente amable a todos los sectores, entendiendo que la unidad hace fuerza. Nada es casual en política: lo que se dice y, más aún, lo que no se dice, habla. Y en esta visita, quedó claro que el juego está en el aire.
Por su parte, el gobernador David Monreal Ávila se prepara para rendir cuentas en su cuarto informe. El escenario está listo, y el guión parece aferrarse a las palabras de siempre: transformación, seguridad, justicia social. Pero en la calle, en las gradas y en las universidades, la narrativa es otra. El empate sin sabor de los Mineros no solo reflejó falta de goles, sino también la falta de emoción que a veces se respira en el ambiente zacatecano: esfuerzos que no alcanzan, jugadas que no despegan. En lo deportivo y en lo político, el empate también es parte del juego.
En ese mismo clima, Ángel Román toma las riendas de la UAZ. Una institución golpeada por crisis financieras y de credibilidad, que ahora enfrenta el reto de renovarse sin ceder al control político. El nuevo rector deberá jugar con inteligencia: entre la presión del gobierno, la exigencia de los estudiantes y el desgaste institucional, no hay margen para errores. Es un tablero donde los movimientos deben pensarse como en ajedrez… pero muchos siguen jugando damas.
Y en medio de todo, la Selección Mexicana empató ante Japón en un amistoso que fue menos amistoso para el ánimo nacional. A un año del Mundial 2026 —donde México será anfitrión—, las dudas siguen en el aire. No solo deportivas, sino organizativas. ¿Estaremos listos para recibir al mundo cuando aún no podemos resolver lo nuestro en casa?
Esta semana lo confirmó: en México, todo es cancha. Algunos juegan con balón, otros con discurso. Pero todos —políticos, deportistas, estudiantes y medios— están en la misma pista. Y en este país, donde los partidos se mezclan con los partidos, ganar no siempre es meter el gol, sino saber quién está viendo… y quién está aplaudiendo.
Nos leemos el jueves, donde —como siempre— seguiremos revisando quién juega, quién se esconde… y quién realmente mueve el marcador.