Fútbol de Primera, Política de Segunda

Este fin de semana se juega una jornada intensa: América vs. Pumas, Atlético de Madrid vs. Real Madrid, y en la joya del futbol zacatecano, Mineros recibe a Tepatitlán. Pero, seamos honestos, la verdadera liguilla se está jugando en las canchas del poder, donde no faltan patadas, autogoles y, por supuesto, árbitros que prefieren voltear a ver al cielo.

Mineros vs. Tepatitlán se juega en el Estadio Carlos Vega Villalba, pero la versión política ya se jugó en Peñasquito, donde la empresa minera Newmont parece que también hizo cambios en su alineación… aunque nadie lo diga abiertamente. En vez de delanteros, salieron empleados; en vez de goles, se marcaron recortes. ¿Y los aficionados? Esos trabajadores locales que llevan años alentando, ahora miran desde las gradas, con boletos que nadie les quiere devolver.

Mientras tanto, en la FENAZA, el escándalo subió de nivel. Unos empresarios acusan a policías de haberlos golpeado, amenazado y extorsionado. El gobernador, en lugar de marcar falta, comentó algo así como: “Cuando yo era joven también había trifulcas”. Una especie de “así se juega aquí, compadre”, como si el VAR no aplicara en Zacatecas. En esta cancha, al parecer, la nostalgia es defensa y la impunidad es mediocampista.
América recibe a Pumas, un clásico capitalino. En Zacatecas, el clásico es entre la extorsión y la negación. Los materialistas denuncian que los sindicatos los están extorsionando —¿serán los mismos que presumen tener línea directa con los árbitros del crimen organizado?—. El gobernador dice que no hay denuncias, algo así como, si no denuncian- no pasa. O sea, si el defensa mete la mano pero no le marcan penal. Aunque todos lo hayan visto.

Y para cerrar con broche europeo, en el derbi madrileño, el Atlético y el Real se juegan el honor y el orgullo. En Zacatecas, el orgullo se juega en cada conferencia donde se asegura que todo está bien, que hay paz, progreso y ferias familiares… mientras existe cobro de piso en todos los sectores pero se apuesta al olvido….Aquí los derbis no se ganan con goles, sino con comunicados.

Así que, ¿qué hay de nuevo?
Nada. Lo de siempre:
Los jugadores cambian, los árbitros se hacen los ciegos, y el público —ese que paga boletos caros y recibe partidos de medio pelo— sigue esperando que al menos una vez, alguien meta gol… en la portería correcta.

Nos vemos el lunes; recuerden los Mineros LNBP juegan viernes y sábado.