Se desperdician millones de toneladas de alimentos pese a que millones tienen hambre

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó hace algunas semanas que hubo “un empeoramiento dramático” del hambre en el mundo en 2020 y que un 10% de la población mundial –entre 720 y 811 millones de personas– estaba desnutrida; unas 118 millones más que en 2019. Si bien no se ha determinado aún que … Leer más

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó hace algunas semanas que hubo “un empeoramiento dramático” del hambre en el mundo en 2020 y que un 10% de la población mundial –entre 720 y 811 millones de personas– estaba desnutrida; unas 118 millones más que en 2019.

Si bien no se ha determinado aún que la pandemia de COVID-19 haya causado este empeoramiento, queda claro que será difícil que el mundo logre su meta de acabar con el hambre en 2030.

Desde antes de la pandemia se veía difícil alcanzar la meta del 2030, señala el informe Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2021, elaborado por la FAO, el IFAD y otras agencias de la ONU.

El informe explica que “la inseguridad alimentaria moderada o grave en el mundo ha ido creciendo lentamente desde 2014” pero que tan solo el aumento en 2020 significó la suma de los cinco años anteriores.

En 2020 solo una de tres personas en el mundo –2 mil 370 millones de personas– no tuvo acceso a alimentos adecuados; casi 320 millones de personas más que en 2019.

La situación alrededor del mundo es deprimente:

La mitad de las personas desnutridas del mundo –418 millones– están en Asia.

En África es donde se registra la tasa más alta de personas que padecen hambre con 21%, lo doble de la que se observa en el resto del mundo.

Las mujeres tienen 10% más probabilidades de pasar hambre que los hombres.

Poco más de 149.2 millones de niños menores de 5 años sufrieron retraso en su crecimiento y 4.4 millones padecieron adelgazamiento severo, lo cual puede afectar su salud y desarrollo por el resto de sus vidas.

Paradójicamente, el año pasado se desperdiciaron  mil 300 millones de toneladas de alimentos, equivalentes a un tercio de la producción mundial, cantidad suficiente para alimentar a 3 mil millones de personas, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El valor de esta comida desperdiciada fue de unos 680 mil millones de dólares en los países industrializados y 310 mil millones en los países en desarrollo. El informe asegura que cada año los consumidores de los países ricos desperdician 222 millones de toneladas de alimentos, cantidad que es poco menos que las 230 millones de toneladas de alimentos que se producen anualmente en el África subsahariana.

En México, de acuerdo con el CONEVAL, en 2020 el número de pobres  llegó a 55.7 millones de personas, el 44% de la población. La mayoría enfrenta inseguridad alimentaria moderada o grave. Tienen hambre constantemente.

La situación de la mayoría de ellos sería menos dramática si los mexicanos no desperdiciáramos tanta comida.

El Índice de Desperdicio de Comida 2021 elaborado por el Programa Ambiental de la ONU (UNEP) señala que en 2019 en México se desperdiciaron 94 kg de alimentos por persona; casi 12 millones de toneladas, que equivalen al 4% de las 293 millones de toneladas de alimentos que ese año se produjeron en nuestro país.

Hasta donde yo sé, fuera de lo que realizan los bancos de alimentos, no existe ningún programa promovido por los sectores públicos y privados para que millones de toneladas de alimentos terminen en los estómagos de poco más de 27 millones de mexicanos que tienen hambre. Ya es hora de diseñarlos y ponerlos en práctica.




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