
Juan Carlos Ramos León.
Tuve la gran fortuna de conversar durante algunas horas con una persona mayor. De entre las muchas cosas que hablamos me gustaría compartirle a usted las siguientes: Viaja mucho. Todo lo que puedas y hasta lo que no puedas porque va a haber un momento en el que la edad te impida hacerlo o por … Leer más
Tuve la gran fortuna de conversar durante algunas horas con una persona mayor. De entre las muchas cosas que hablamos me gustaría compartirle a usted las siguientes:
Viaja mucho. Todo lo que puedas y hasta lo que no puedas porque va a haber un momento en el que la edad te impida hacerlo o por lo menos te impida disfrutarlo. Toma fotos con tu cámara o tu teléfono, pero toma más con tus ojos y con el resto de tus sentidos, esas imágenes no se irán nunca de tu mente ni de tu corazón.
Ama, con todas tus fuerzas. No tengas miedo a salir lastimado, seguramente pasará, porque el amor está ligado irremediablemente al dolor: el dolor de no ser correspondido o de serlo y perder luego al ser amado por la muerte, la enfermedad o por la voluntad de un día dejar de ser amado por él. Ama, es sólo de esta manera como encontrarás plenitud como ser humano.
Escribe un libro, imparte una cátedra, ve de misiones o realiza periódicamente alguna acción social. Es decir, comparte un poco de lo que eres -no de lo que tienes- con los demás, los más jóvenes, los más pobres o marginados, no tanto porque ellos lo necesitan sino porque quien más lo necesita eres tú mismo.
Cuando estés con amigos canta, baila, cuéntales chistes y ríete de los que ellos te cuenten. Nunca le tengas miedo al qué dirán, recuerda que la felicidad no está en lo que los demás opinen de ti sino que brota como un manantial desde del fondo de ti mismo y así contagiarás a los que están contigo y lo único más hermoso que ser feliz es hacer feliz a alguien más.
Sé tú mismo. Hay quienes se gastan la vida tratando de ser como los otros y no sabes qué infelices terminan por ser. Nada más terrible podría sucederte que llegar al fin de tus días y encontrarte con un extraño frente al espejo. Mira las estrellas en la noche y date cuenta de que no hay dos que brillen de igual forma y esa bóveda celeste no sería igual si llegase a faltar una sola de ellas.