Posición ecuánime

Huberto Meléndez Martínez.
Huberto Meléndez Martínez.

Dedicado a la maestra Blanca Estela Sierra Zúñiga, en reconocimiento a su pasión docente. Las posibilidades para que los hijos de Doña Lupe y Don Ambrosio asistieran a alguna universidad estaban canceladas por los altos costos de matrículas, colegiaturas, uniformes, pasajes, materiales escolares y sobre todo, el pago de comida y renta de vivienda. Hay … Leer más

Dedicado a la maestra Blanca Estela Sierra Zúñiga, en reconocimiento a su pasión docente.

Las posibilidades para que los hijos de Doña Lupe y Don Ambrosio asistieran a alguna universidad estaban canceladas por los altos costos de matrículas, colegiaturas, uniformes, pasajes, materiales escolares y sobre todo, el pago de comida y renta de vivienda.

Hay ilusiones en los padres que muchas veces parecen inalcanzables, en especial cuando se trata de la vida o futuro de los vástagos, porque, ¿cuánto no quisiera un padre para su hijo?

Después de titubear por temor a lo incierto y al fracaso, enviaron a dos de sus hijos a presentar el examen de admisión en una escuela de reciente apertura con una modalidad educativa de gran aceptación en el entorno. Un factor motivante animó sus expectativas; tendrían derecho a una beca económica mensual que permitiría resolver la asistencia en hospedaje y alimentos.

En particular la adolescente tenía pocas opciones predestinadas por la tradición social, donde la presión era ejercida por todos los flancos intentando mantener en la misma condición humana, cancelando toda probabilidad de incursionar en alguna institución de educación media o superior posterior a sus estudios de educación básica.

En Congregación Los Charcos, su comunidad de origen, la escuela primaria tenía solo un profesor que atendía de primero a tercer grado.

Los siguientes seis años debieron levantarse diariamente desde las 5 de la mañana para ir al molino de nixtamal con su madre a preparar el lonche, caminaron tres cuartos de hora para llegar a la cabecera municipal (con lluvias, vientos, calor, frío) a terminar la primaria y luego la secundaria, regresando al oscurecer por asistir a turnos discontinuos.

En su momento tomaron con naturalidad las acciones realizadas por sus padres para sostener las necesidades propias, con las magras cosechas de maíz y frijol, complementando la despensa eventualmente con conejos y liebres que lograban cazar con resorteras. Mantener 10 hijos en estas circunstancias y lograr siete profesionistas implica una gran proeza en cualquier familia.

Los resultados generaron un drama dentro del hogar, porque contra todo pronóstico, solo Blanca Estela aprobó. Conforme a la costumbre, sus padres pidieron dejar el lugar a su hermano.

Sobra decir que en aquella situación histórica y cultural de su tiempo, se consideraba necesario que los hombres tuvieran acceso a oportunidades y no las mujeres, pues en el futuro habría alguien que se encargaría de su manutención, quedando a cargo de la atención doméstica.

Como era de esperarse ella accedió, pero Baldomero se negó rotundamente. Algún motivo desconocido para todos le mantuvo en esa posición, pues consideró que el mérito de su hermana debía aplicarse con justicia. Él buscaría otras opciones y por fortuna había instituciones que estaban en proceso de admitir más estudiantes.

En la actualidad, las posibilidades de cursar una carrera profesional son más accesibles y cercanas que en épocas anteriores, pero nuestros jóvenes requieren cada vez más una orientación adecuada, acorde a la realidad que evoluciona de forma constante y con mayor celeridad.




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