Con… Ciencia. Vocablos de la pobreza… (I)

Daniel Colombo (facilitador y master coach ejecutivo) explica la gran importancia que todos debemos prestar a nuestras palabras.

Las palabras que utilizamos en nuestro vocabulario se encuentran en relación directa con nuestras ideas; a la vez, las ideas determinan nuestros pensamientos los cuales generan nuestras emociones y estas dan como consecuencia la expresión de nuestros sentimientos que en suma darán lugar a nuestras acciones concretas con las que afrontamos la realidad.

De esta manera, Daniel Colombo (facilitador y master coach ejecutivo) explica la gran importancia que todos debemos prestar a nuestras palabras, dado que nuestras expresiones verbales están cargadas de alto significado que originan un estado de consciencia el cual se manifiesta tal cual en la realidad.

Colombo explica que las palabras que fomentan la pobreza están demasiado apegadas a nuestras conversaciones cotidianas y se transforman en pesados andamiajes que nos transportan a la profundidad de las carencias.

Enseguida un listado de frases que limitan nuestro progreso y que es muy recomendable dejar de utilizar ya que en ellas se encuentra la idea de carencia:

  1. Poco a poco. Esta expresión se utiliza cuando se da inicio con una nueva actividad o se comienza un proyecto: ¡Vamos a avanzar poco a poco! La palabra “poco” significa “escaso”. Atención: “Lo haré poco a poco” en oposición a “Lo haré paso a paso”; esta segunda expresión es mucho más constructiva, origina un cuadro mental con mucho mayor fortaleza.
  2. Necesito. Expresión utilizada con mucha frecuencia y que se interpreta como “carencia”: “necesito un trabajo”, “necesito dinero”, “necesito mejorar”, “necesito apoyo”, todas estas son expresiones reactivas que se originan desde la postura de una persona víctima de su realidad. En lugar de expresar los “necesito” es mucho mejor mencionar el “quiero” y el “elijo”; tal como “quiero dinero, quiero mejorar, elijo cambiar”. Solamente el hecho de pronunciarse de esta manera nos coloca en una posición activa; en movimiento y con muestra de voluntad hacia lo que si se quiere lograr.

La pronunciación de las palabras tiene poder porque su sonido se recrea tanto en quien las pronuncia como en quien las escucha, y en ambos crean imágenes mentales. Cada palabra que aprendemos la asociamos con una imagen mental y con una determinada sensación.

Por lo tanto, debemos de educar a nuestra mente mediante la pronunciación de las palabras que utilizamos, esto nos permitirá iniciar una trayectoria adecuada hacia el propósito que deseamos alcanzar.

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