Con… Ciencia. Calendario Juliano

La aparición del calendario Juliano sustituyó los calendarios lunares de varias civilizaciones antiguas como los tradicionales calendarios etruscos y latino.

El líder, militar, político y emperador romano Julio César en el año 46 a.C. introdujo el calendario Juliano que entró en vigor desde la conquista romana de Egipto y fue el que predominante se utilizó en Europa hasta 1582.

De hecho, todo el imperio romano se regía en base a un calendario pagano de 304 días distribuidos en 10 meses con muchas irregularidades y desfases que se corregían conforme a los requerimientos económicos y políticos (como el momento de pagar a los trabajadores o las votaciones de la República) añadiendo un mes cada dos años.

La aparición del calendario Juliano sustituyó los calendarios lunares de varias civilizaciones antiguas como los tradicionales calendarios etruscos y latino; esto contribuyó a la unificación del imperio Romano y todas sus colonias en torno a un mismo modelo para medir el tiempo. El Calendario Juliano tiene herencia del calendario egipcio que fue desarrollado en la antigüedad remota para intentar predecir la crecida del río Nilo.

El emperador Julio César tomo la decisión de modificar el calendario que se utilizaba en ese tiempo y solicitó la ayuda del astrónomo Sosígenes para que se encargara de diseñar un nuevo calendario con mayor sincronía entre los movimientos de rotación y traslación de la tierra. Esta adaptación fechaba las estaciones y las fiestas romanas correspondientes, concordando con el hecho astronómico en que sucedían.

El nuevo calendario se comenzó a usar en el año 46 a.C. con el nombre de «Julius» y tiempo después con el nombre de «Juliano» en honor a Julio César. Para hacer esta modificación se debió considerar el año previo a su implementación un año de 455 días que se denominó «último año de la confusión».

Fue así como, la aparición del año bisiesto se remonta al calendario juliano, promovido en el año 45 a.C. por Julio César. Al considerar que el año solar era más largo que el calendario de 365 días, se estableció la norma de agregar un día extra cada cuatro años. Sin embargo, esta aproximación resultaba excesiva. El calendario juliano tiene un año regular de 365 días divididos en 12 meses. Agregando un día bisiesto a febrero cada cuatro años. El año juliano tiene por lo tanto un promedio de 365.25 días, ajustando aproximadamente con este día adicional la duración del año solar. Aunque los astrónomos griegos ya sabían que el año solar era unos minutos más corto que 365.25 días, no se consideró esta diferencia. Como consecuencia, el calendario juliano perdía alrededor de tres días cada cuatro siglos en comparación con los equinoccios observados con el paso de las estaciones.  De acuerdo con la astronomía, el calendario juliano se retrasa con respecto al año solar un día cada 128 años aproximadamente, esto es equivalente a 11 minutos 14 segundos en exceso cada año.

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