Con . . . Ciencia. Matilde Montoya Lafragua

El personaje de esta historia nació en la ciudad de México el 14 de marzo de 1857; después de la muerte de su hermana fue educada como hija única, gracias al apoyo y enseñanzas de su madre, desde muy temprana edad comenzó a mostrar gran interés por el estudio.

A los 12 años terminó su educación escolar y tras la muerte de su padre, ingresó a la Escuela de Parteras y Obstetras ubicada en la calle de Revillagigedo en la ciudad de México; a los 16 años se recibió como partera y su familia se trasladó a Puebla en donde puso en práctica sus conocimientos adquiridos ayudando a las mujeres a dar a luz en sus casas en un tiempo en que no se acudía a la hospitalización.

Con su firme intención de estudiar medicina, realizó su trámite para ingresar en la Escuela de Medicina de Puebla en donde fue aceptada su admisión en un acto público presidido por el Gobernador del Estado, abogados del Poder Judicial, maestras y damas de sociedad que manifestaban su empatía porque una estudiante mujer ingresaba en la Escuela de Medicina. Por supuesto que los sectores más radicales de la comunidad médica se manifestaron mediante ataques que hacían alusión a la frase “mujer impúdica y peligrosa pretende convertirse en médica”.

Debido a estos ataques que recibió en Puebla, decidió regresar con su madre a la ciudad de México donde en 1882 fue aceptada en la Escuela Nacional de Medicina; esta decisión en esa época fue demasiado criticada por la comunidad médica de manera tal que quienes apoyaban a Matilde en su perseverancia fueron apodados como «los Montoyos».

El apoyo para que Matilde continuara con sus estudios era inminente tanto en un gran sector de la prensa como en las publicaciones femeninas; sin embargo, el sector más radical de la sociedad médica consideraba que «debería de ser muy perversa una mujer que quiere estudiar medicina para observar cadáveres de hombres desnudos».

A pesar de todo en su contra, después de completar sus estudios y preparar su tesis, Matilde solicitó presentar su examen profesional. El siguiente obstáculo por vencer fue que los estatutos de la Escuela Nacional de Medicina en el artículo correspondiente a la presentación de exámenes profesionales, se mencionaba «alumnos» y no «alumnas» por lo que le fue negado presentar el examen.

Ante este rechazo, Matilde envió una carta solicitando al presidente Porfirio Diaz su ayuda. El presidente Diaz a su vez envió una solicitud a la Cámara de Diputados para que se actualizaran los estatutos de la Escuela Nacional de Medicina.

Después de vencer grandes adversidades, el 24 de agosto de 1887 Matilde Montoya Lafragua logró defender su tesis “Técnicas de laboratorio en algunas investigaciones clínicas”, convirtiéndose en la primera mujer médica en México.

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