Las palabras de AMLO tienen consecuencias

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

El presidente Andrés Manuel López Obrador desprecia a la clase media y así lo demostró a partir del 7 de junio pasado cuando decidió culpar a quienes la conforman por algunos resultados de las elecciones del día anterior que no le gustaron. En la CDMX, perder frente a la coalición PAN-PRD-PRI el gobierno de las … Leer más

El presidente Andrés Manuel López Obrador desprecia a la clase media y así lo demostró a partir del 7 de junio pasado cuando decidió culpar a quienes la conforman por algunos resultados de las elecciones del día anterior que no le gustaron.

En la CDMX, perder frente a la coalición PAN-PRD-PRI el gobierno de las muy importantes alcaldías Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Tlalpan, además de Magdalena Contreras, representó un duro golpe para Morena y su fundador. De gobernar 11 alcaldías, los morenistas ahora gobernarán solo seis, mientras que los de la oposición lo harán en 10.

De las 30 capitales en donde se eligieron ayuntamientos, Morena perdió en 15 y la oposición retuvo o recuperó el poder en las muy importantes ciudades de Aguascalientes, Chihuahua, Colima, Cuernavaca, Guadalajara, Mérida, Monterrey, Puebla, Querétaro, Toluca. Los opositores también recuperaron o mantuvieron el control de los muy importantes municipios de Atizapán, Ciudad Juárez, Coacalco, Huixquilucan, León, Naucalpan, San Pedro Garza García, Tijuana, Tlalnepantla y Zapopan.

Y por si estas derrotas no fueran suficientes para provocar el enojo presidencial, están las que le quitaron a Morena y sus aliados la mayoría calificada de 66%, que durante la actual legislatura les permitió aprobar reformas a la Constitución.

Todo, según la manera de entender las cosas de Andrés Manuel, por culpa de la clase media integrada, según él, por hombres y mujeres que son “aspiracionistas, egoístas y con el deseo de triunfar a toda costa”.

Sus ataques contra la clase media llegaron a su máxima intensidad el miércoles de la semana pasada cuando dijo que “una clase media manipulada fue la que permitió el fascismo de Hitler (…) En Chile, el golpe de Estado contra el presidente Allende fue respaldado por la clase media. La clase media de Chile no informada apoyó a Pinochet (…) La clase media, ya lo dijimos, manipulada, no informada, respaldó a Huerta en el asesinato del presidente Madero; llegaron a decir a miembros de esa clase media conservadora que Madero era un traidor a su clase”.

Después de semanas de agredir verbalmente a la clase media, AMLO aparentemente se dio cuenta (o alguien hizo que se diera) de que estaba ofendiendo a millones de clasemedieros que el 1 de julio de 2018 votaron por él y el 6 de junio pasado por los candidatos de Morena, porque el lunes pasado le bajó el tono a sus ataques.

Durante su conferencia de prensa trató de ser conciliador al decir que “vamos a formar una clase media fraterna, humana, que saquemos de pobres a millones de mexicanos, pero que se formen con principios humanistas, que no se formen con clasismo, que no se vuelvan ladinos, sabiondos, de esos que le dan la espalda a los que sufren y que nada más les importa su situación personal (…) no es estar en contra de la clase media de ninguna manera, es que podamos humanizarnos más, ser más fraternos, no dejarnos envolver por lo material”.

No dudo de que un gran número de clasemedieros que antes votaron por AMLO y Morena estén sorprendidos de que el presidente los tenga en tan baja estima.

Las palabras tienen consecuencias y las del presidente seguramente causarán que muchos de ellos nunca vuelvan a votar a favor de candidatos morenistas.




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