El fin de lo público

Reza el dicho popular que “lo que es de todos, no es de nadie” haciendo alusión a la necesaria apropiación de las cosas y de los espacios sobretodo de aquellos de carácter público.   El debate entre los alcances y limites de lo público y lo privado ha existido durante miles de años, llevando a … Leer más

Reza el dicho popular que “lo que es de todos, no es de nadie” haciendo alusión a la necesaria apropiación de las cosas y de los espacios sobretodo de aquellos de carácter público.

 

El debate entre los alcances y limites de lo público y lo privado ha existido durante miles de años, llevando a un mayor dilema aquello que se presume público, pues sus condiciones están sujetas al régimen, al momento y al contexto para interpretar, conservar o disponer del espacio público.

 

Ante este dilema, es el Estado, generalmente a través del gobierno, quien dispone de la administración de lo público, pero ante un contexto neoliberal donde las políticas públicas buscaban priorizar los intereses del mercado sobre lo social, el gobierno optaba por atender pragmáticamente este dilema con la privatización y así disolver las responsabilidades del gobierno ante esta difícil tarea de cuidar lo que en teoría, es de todos.

 

Hoy en México y en Zacatecas con el triunfo de MORENA y su promesa de cuarta transformación, el discurso oficial, la acción gubernamental y la política pública se han reorientado para aparentar que las medidas privatizadoras son cosas de un pasado neoliberal que, sin duda, a condenado a nuestro país y a nuestro estado; hoy juran que las cosas son diferentes y que el bienestar público vuelve a ser la prioridad.

 

A nivel federal y luego de 3 años de gobierno, la realidad es más que evidente, pero en el caso local, y con un reordenamiento gubernamental en marcha, que por cierto ha llevado bastante más tiempo del deseado y mucho mas caótico de lo esperado, se ha dejado ver de manera casi inmediata y clara la distorsión que el nuevo gobierno tiene sobre el uso de los bienes públicos

 

Construir un medio serio y decente para todos y de todos sin duda ha sido una tarea difícil, tal y como lo fue la concepción y la hasta ahora pequeña vida del Sistema Zacatecano de Radio y Televisión, pero destruirlo ha sido cuestión de tan solo un par de semanas.

 

Lo que hoy ocurre a la vista y oídos de todos los zacatecanos, con Radio Zacatecas 97.9 FM y el canal televisivo 24.1 es lamentable, pues el gobierno actual a optado por convertir este medio de comunicación público en un medio de propaganda oficialista y faccioso; donde la objetividad y el profesionalismo se disuelven en líneas editoriales tendenciosas y complacientes en favor del nuevo régimen.

 

Basta escuchar un momento los nuevos noticieros y los nuevos programas para caer en cuenta que el objetivo va más allá que el de informar, o de difundir el arte y la cultura (tarea que por cierto siempre se había hecho bien) y ahora la consigna es difundir, duplicar y promover el discurso de polarización y los juicios de valor de la cuarta transformación zacatecana.

 

La desaparición de cápsulas culturales, la clausura de espacios informativos, el cambio editorial tan evidente y la ausencia de directivos que respondan ante ello deja un tufo de desagradable censura y revancha política.

 

La administración que ejerce el gobierno sobre un medio público como este, no lo hace dueño de él, al contrario, lo responsabiliza y lo obliga a garantizar el debido uso para salvaguardar el derecho de una sociedad de contar con un espacio de información objetivo y de promoción a la cultura de altura. Espero que esta situación sea producto de una falta de dirección y no de una dirección deliberada.




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