El desequilibrio y la tristeza

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

La gente debe pensar positivamente porque el optimismo anima. Hoy no solo vivimos una pandemia global y una crisis económica, también vivimos una espiritual. Y es que “el desequilibrio entre lo material y lo espiritual hace que la gente esté más triste”. En esta crisis sanitaria y económica, nadie se está preocupando de la crisis … Leer más

La gente debe pensar positivamente porque el optimismo anima. Hoy no solo vivimos una pandemia global y una crisis económica, también vivimos una espiritual. Y es que “el desequilibrio entre lo material y lo espiritual hace que la gente esté más triste”.

En esta crisis sanitaria y económica, nadie se está preocupando de la crisis espiritual, de la crisis de valores. No hay un equilibrio entre lo interior y lo exterior, por ello, hay más problemas.

¿Qué consejos debemos de dar a la sociedad? Esta crisis no es para siempre, hay que animarse, pues todos los científicos, los políticos y los economistas tienen que trabajar conjuntamente para salir de esta coyuntura mundial.

¿Qué podemos hacer? Unir esfuerzos y trabajar constructivamente, pues criticar no ayuda tanto.

Ante la falta de espiritualidad en Occidente, muchos se fijan en religiones orientales y es una pena. El mensaje de Jesucristo es muy parecido al de Buda.

Siglo tras siglo el cristianismo ha contribuido a que el mundo sea mejor, pero ahora se está perdiendo el mensaje de Jesús. Hoy solo queda la teoría, pues la práctica se pierde.

Hoy en día solo se piensa en Dios cuando surgen problemas; las catedrales y las iglesias están vacías, pero los centros comerciales están llenos. Este desequilibrio entre lo material y lo espiritual provoca que la gente esté triste y nerviosa, tienen el interior vacío.

Todos los conflictos mundiales han sido creados por la ignorancia de los humanos, los cuales se han equivocado. La gente ha dado un gran cambio, ha ido perdiendo los valores espirituales. Solo busca tener más propiedades, más coches, más trabajo. La gente sigue igual, pero es más infeliz.

Antes la gente tenía menos cosas; sin embargo, vivía con más paz, era más feliz.

Una de nuestras formas más efectivas de superar cualquier problema es intentar cambiar el foco de atención de nosotros mismo hacia los demás. Cuando tenemos éxito en esto, encontramos que la escala de nuestros problemas disminuye.

Esto no significa que debemos ignorar nuestras propias necesidades por completo, pero debemos intentar recordar las necesidades de los otros, no importa cuán apremiantes puedan ser las nuestras.

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