Tecnología y Justicia Social

¿Cuál es la estrategia adecuada para que cada avance tecnológico no sea disfrute de unos y padecimiento de otros?  La clave es que nuestro país asuma que para el acceso a la tecnología deben existir tres puertas: La Pública, la social y la privada.

La economía agrícola es un buen ejemplo de como la desigualdad se acentúa gracias a que la tecnología esté al alcance de los que pueden pagar por ella, los tractores sin tractoristas (autónomos) los drones, las máquinas trilladoras coexisten en el mismo territorio con el arado de animales de tiro y el trabajo humano precarizado.

Están en curso procesos de cambios profundos en el mercado laboral, la tramitología, el acceso a conocimientos básicos y la actualización permanente de los mismos, el comercio, la salud y hasta el modo de votar.

En el agonizante 2025, el gobierno de México puso en operación la Plataforma “Saberes” de acceso universal y gratuito e inició la construcción de la Supercomputadora Coatlicue  y puso en marcha el Plan maestro para el desarrollo de la industria de semiconductores en México 2024-2030 y poniendo en funcionamiento el Centro Nacional de diseño de semiconductores “Kutsari” con sedes en Jalisco, Puebla y Sonora.

El gobierno forma en estos momentos a decenas de miles de expertos en Inteligencia Artificial sin costo.

Se ha iniciado con fuerza sin precedente la digitalización de la administración pública.

Lo primero que salta a la vista es que los mexicanos tenemos que aprender a vivir aprendiendo, para no sucumbir al analfabetismo digital que nos complicaría el desenvolvimiento cotidiano.

Se aprecia la importancia del esfuerzo por llevar el internet a todo el territorio nacional, pero es inevitable reflexionar sobre el contexto de la más grande transformación tecnológica emprendida por el Estado mexicano en toda su historia, contexto marcado por desigualdad entre regiones, entre clases sociales y entre géneros que determinan la relación con los productos tecnológicos.

La imprenta tardó tres siglos para llegar a Zacatecas y la señal de televisión se generalizó 25 años después de que iniciara su trayectoria en el país, ahora, la velocidad de la expansión tecnológica es la forma en la que las potencias disputan la hegemonía y por lo tanto, la humanidad entera vive la ansiedad de “renovarse o morir” como dicen los italianos.

Contexto de desigualdades

El modelo que aún no superamos hace que unas regiones nutran la prosperidad de otras sacrificando su progreso, como es evidente que sucede con la relación de Zacatecas con entidades como Aguascalientes y otras, a las que aporta mano de obra barata, materias primas y mercado ¿Si Aguascalientes digitaliza su administraciones municipales y estatal en aras de la eficiencia de sus servicios públicos, transparencia y reducción al máximo la tramitología mientras que en Zacatecas vamos a paso de tortuga, aumentarán los zacatecanos que gasten e inviertan en Aguascalientes? Sospecho que si eso sucede nuestra desigual relación se agudizará.

La revolución digital no es compatible con los políticos “copia discursos”, repetidores de consignas, ayunos de convicciones y presas permanentes de ansiedad electoral, solo las regiones que generen políticos familiarizados con los distintos planos de la realidad (local, nacional y global) están en aptitud de encabezar a las sociedades regionales en la asimilación e innovación tecnológica que se impone.

Los sujetos de la economía tanto del campo como de la ciudad son desiguales, los grandes empresarios viven pendiente de las novedades tecnológicas para no ser rebasados por los competidores, mientras que otros sectores se modernizan a ritmo desigual y buna parte de ellos subsisten rehenes de los modos tradicionales.

Los ejidatarios pueden acceder juntos al alquiler de escuadrones de drones para fertilizar y fumigar y a tractores autónomos que les son inalcanzables individualmente, lo mismo que pueden hacer asociaciones de productores y hasta socios privados, lo mismo vale para las unidades económicas urbanas, industriales, comerciales y de servicios.

El fuerte tiene el modo, el débil también si entiende que la unión le da la fuerza.

Humanismo Tecnológico

El uso socialmente justo de conocimientos científicos y tecnológicos es ineludible meta de la política humanista, ello implica no reproducir los esquemas en los que las grandes empresas tecnológicas acentúan pobreza y desigualdad gracias a que los políticos están a su servicio, Estados Unidos es testimonio vivo.

La enorme transformación tecnológica también transforma la política, México emprende ambiciosos planes de infraestructura digital que vienen aparejados de cancelación de puestos de trabajo y de profundización de desigualdades, si la clase gobernante carece de la visión para prevenir, corregir y amortiguar los efectos indeseables inherentes a las revoluciones tecnológicas.

Si en las elecciones locales y federales de 2027 la atención pública se centra en lo que hay que hacer al respecto, mucho habremos ganado.

Se puede.

Nos encontramos el jueves en Recreo

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