El acompañamiento a la muerte en tiempos de Covid

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

En la actualidad la muerte y el duelo son considerados como temas tabús en la sociedad occidental en parte porque los individuos no están suficientemente preparados ni educados en torno a los procesos que con lleva la pérdida de un ser querido. De igual forma, el incremento de la esperanza de vida y los avances … Leer más

En la actualidad la muerte y el duelo son considerados como temas tabús en la sociedad occidental en parte porque los individuos no están suficientemente preparados ni educados en torno a los procesos que con lleva la pérdida de un ser querido. De igual forma, el incremento de la esperanza de vida y los avances biomédicos de los últimos años han generado un sentimiento de inmortalidad no real que hace que la sociedad no sea consciente de la finitud humana y que por ende la muerte llegue de forma desprevenida.

La muerte más allá de ser un concepto puramente biológico lleva asociado también una fuerte dimensión simbólica ligada a fenómenos culturales y religiosos, que acaban convirtiéndose en una experiencia única y singular.

 

En México, por ejemplo, los muertos siempre están vivos porque los tenemos en nuestra cultura, en nuestra mente y nuestros recuerdos, pero sobretodo siempre en la vida diaria.

Esta concepción de la muerte junto con el tratamiento de la misma y los procesos de duelo han transformado a lo largo de los años la experiencia de enfrentar la muerte.

A lo largo de la historia, las religiones y las ideologías no sacralizaron la vida, siempre sacralizaron algo situado por encima o mas allá de la existencia terrenal. Muchas tradiciones o creencias profesaron afecto a la parca o a la muerte debido a que el cristianismo, el islamismo y el hinduismo insistían en que el sentido de nuestra existencia dependía de un destino en la otra vida, consideraban la muerte una parte vital positiva del mundo.

 

Los humanos morían porque Dios así lo decretaba y el momento de la muerte es una experiencia metafísica sagrada que rebosaba de sentido. Cuando una persona estaba apunto de exhalar su último aliento había llegado la hora de avisar a los sacerdotes, rabinos y chamanes para hacer balance de la vida y aceptar el verdadero papel de uno en el universo.

La ciencia y la cultura modernas difieren totalmente su opinión sobre la muerte y la vida, no piensan en la muerte como un misterio metafísico y desde luego no consideran que sea el sentido de la vida más bien para las personas modernas la muerte es un problema técnico que podemos y deberíamos resolver.

 

En realidad, los humanos no morimos por que una figura como la parca nos diga que vamos a morir o porque Dios así lo decreto o así lo quiere. Ni tampoco porque la mortalidad sea una parte esencial de algún gran plan cósmico. Los humanos siempre mueren debido algún fallo técnico del corazón que se detiene, de las células cancerosas que extiende por el hígado o gérmenes que se multiplican en los pulmones o por COVID.




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