Daños colaterales

Según cifras de la OCDE, aproximadamente uno de cada diez pacientes sufre daños producidos por la atención médica. Esos daños, además de dolor y sufrimiento, generan una considerable carga humana y financiera a los sistemas de salud globales. Al costo financiero se deben sumar las consecuencias económicas debidas a la pérdida de productividad e ingresos … Leer más

Según cifras de la OCDE, aproximadamente uno de cada diez pacientes sufre daños producidos por la atención médica. Esos daños, además de dolor y sufrimiento, generan una considerable carga humana y financiera a los sistemas de salud globales. Al costo financiero se deben sumar las consecuencias económicas debidas a la pérdida de productividad e ingresos de parte de los enfermos afectados y, por ello, estos costos terminan sumando billones de dólares anuales.

Debido a que muchos de los incidentes ocurridos durante la atención médica y que causan daños pueden prevenirse hasta en el 83% de los casos, representan un desperdicio considerable de recursos de atención médica, y el costo de la falla eclipsa, con mucho, la inversión requerida para implementar una prevención efectiva.

Mejorar la seguridad del paciente es difícil y seguirá siéndolo. Los riesgos para la seguridad de los pacientes se exacerban por factores diversos, como el fondo político de los presupuestos para la atención de la salud que se da en varios países, la creciente complejidad de la atención médica, el envejecimiento de la población y los casos cada vez más frecuentes de multimorbilidad.

Además, abordar los factores culturales y conductuales del daño al paciente es extremadamente desafiante y muchos de los problemas conocidos siguen sin resolverse, por ejemplo, el cumplimiento de algo tan simple como que los médicos nos lavemos las manos como está pautado.

La superación de estos desafíos requerirá los continuos esfuerzos coordinados de profesionales, investigadores y formuladores de políticas para garantizar que se desarrollen, prueben e implementen soluciones basadas en evidencias médicas sólidas.

Sin embargo, el impulso para la seguridad del paciente nunca ha sido más fuerte. Hace exactamente tres días, la OMS y sus países miembros celebraron el primer Día Mundial de la Seguridad del Paciente. La seguridad de los enfermos finalmente se ha reconocido como una de las principales prioridades de salud a nivel mundial, sin embargo, se necesita mucho trabajo para abolir estas cifras. Los eventos adversos debidos a la atención médica insegura se encuentran entre las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo y exacerban las cifras de desigualdad, ya que las personas que enferman en países de ingresos bajos y medios tienen tres veces más probabilidades de sufrir daños que las atendidas en países ricos.

Sin embargo, en el Día Mundial de la Seguridad del Paciente hay razones para ser optimistas. Un análisis del estado global de la seguridad de los enfermos en el mundo, realizado por dependencias de Ministerio Británico de Salud y publicada por la prestigiada The Lancet, sugiere cinco tendencias que brindan esperanza para el futuro: primero, entendemos la seguridad del paciente mejor que nunca; en segundo lugar, los líderes mundiales ahora consideran que la seguridad del paciente es una prioridad; tercero, la seguridad del paciente se ha convertido en un componente crucial de la agenda de la OMS; cuarto, la colaboración internacional sobre seguridad del paciente está aumentando; y quinto, los enfoques y métodos que podrían ayudar a mejorar la seguridad del paciente se están expandiendo.

La base documental que evidencia el daño a los pacientes cuando se ponen en manos de los sistemas de salud y la efectividad de las intervenciones para mejorar la seguridad de los mismos por fin parece que crece y que está ayudando a justificar la inversión en estos rubros y la asignación efectiva de recursos.

La comunidad mundial de la salud debe aprovechar esta oportunidad para crear una base para sistemas de salud sostenibles y resistentes que aborden los desafíos persistentes de seguridad del paciente y fortalezca la resiliencia ante las necesidades futuras. Se necesita una visión ambiciosa, una acción audaz y generar capacidades para cumplir a escala mundial.

*Médico




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