Corrupción, salud y muertes

En las últimas décadas, las páginas periodísticas se han llenado de ejemplos de prácticas criminales que llevaron al enriquecimiento de unas pocas personas a través de prácticas corruptas. Algunos, como el plan “Petróleo por Alimentos”, implementado por la ONU hace 15 años, en el que estuvo implicado el hijo de su mismo secretario general, tuvieron … Leer más

En las últimas décadas, las páginas periodísticas se han llenado de ejemplos de prácticas criminales que llevaron al enriquecimiento de unas pocas personas a través de prácticas corruptas. Algunos, como el plan “Petróleo por Alimentos”, implementado por la ONU hace 15 años, en el que estuvo implicado el hijo de su mismo secretario general, tuvieron efectos directos en el bienestar y la vida de millones de personas.

El sector de atención de la salud, un negocio enorme que vale 2.6 trillones de dólares anuales solamente en los Estados Unidos y que, en la mayor parte del mundo, se financia con dinero público, está extrañamente exento de escrutinio minucioso. Se sabe poco sobre la medida en que la corrupción afecta a los sistemas sanitarios y a sus proveedores. La palabra corrupción — definida como el abuso del poder para beneficio privado— rara vez entra en el vocabulario de los médicos y con frecuencia se limita al señalamiento de comportamientos poco éticos o profesionales.

En sus tradicionales Informes Mundiales sobre la Corrupción, publicados anualmente, Transparencia Internacional pone el foco en el sector de la salud y señala que la corrupción impregna la prestación de este rubro a todos los niveles y en todos los países. Los sistemas sanitarios son particularmente propensos a la corrupción, ya que constituyen laberintos complejos y opacos que son terreno fértil para la malversación y la trampa comercial. Al respecto, el enfoque de Transparencia Internacional ha cursado en dos vertientes: un llamamiento a los países desarrollados, que lidian con costos cada vez más altos al tiempo que se enfrentan a condiciones presupuestales comprometidas, y un llamamiento de colaboración con los países pobres, devastados por enfermedades prevenibles y tratables. A la corrupción se le atribuyen las razones por las que la comunidad mundial fue incapaz de alcanzar los objetivos de Desarrollo del Milenio a propósito de la salud.

El espectro de la corrupción en la salud abarca desde los casos de médicos, que con conocimiento abogan por tratamientos particulares por razones inducidas, hasta estrategias de marketing agresivas por parte de las compañías farmacéuticas; desde los trabajadores sanitarios mal pagados que aceptan sobornos de los pacientes, hasta el suministro de medicamentos falsificados. En términos de pesos y centavos es imposible indicar una cifra exacta, pero las estimaciones del dinero perdido por los sistemas de salud afectados por corrupción suma miles de millones de dólares anuales.

La lucha contra el VIH, una enfermedad que ahora se puede considerar como crónica en los países desarrollados, aparece como ejemplo particular en los países pobres. En este contexto, han llegado grandes cantidades de dinero de ayuda a países con recursos sanitarios insuficientes y falta de infraestructura, a veces en montos que duplican sus presupuestos y el éxito de estos programas es irregular en el mejor de los casos, llevándose vidas por delante, debido a corrupción. Igual ha sucedido en México con los chorros de dinero público que ha llegado a las zonas pobres del país que, por los mismos motivos, no han visto cambiar su suerte, no solamente en lo referente a salud.

Cualquier cura debe comenzar con la máxima transparencia. Es indispensable el acceso absoluto a la información sobre proyectos, presupuestos y políticas relacionados con la salud para permitir auditorías independientes. Deben adoptarse rigurosos códigos de conducta por los trabajadores de la salud y las empresas del sector privado. Los procesos de contratación deben ser competitivos y transparentes. Cualquier transgresión tiene que ser rigurosamente procesada y debe protegerse a los denunciantes de toda desviación. Al hacerlo, no sólo se salvarían enormes cantidades de dinero, sino también muchas vidas.




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