Beltrones debería estar muy preocupado

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

El 11 de diciembre de 2019, el diario Reforma destacó en su primera plana lo siguiente: “Indagan a Manlio. Arma la Fiscalía General de la República carpeta en su contra”. La nota decía: “El Gobierno federal investiga a Manlio Fabio Beltrones (…) ya pidió un amparo y protección de la justicia contra cualquier posible orden de aprehensión … Leer más

El 11 de diciembre de 2019, el diario Reforma destacó en su primera plana lo siguiente: “Indagan a Manlio. Arma la Fiscalía General de la República carpeta en su contra”.

La nota decía: “El Gobierno federal investiga a Manlio Fabio Beltrones (…) ya pidió un amparo y protección de la justicia contra cualquier posible orden de aprehensión (…) ha sido señalado por los desvíos de 250 millones de pesos que el Gobierno Federal transfirió a Chihuahua en la gestión del exgobernador Duarte, y que luego fueron abonados al PRI para financiar campañas electorales en 2016”.

Al día siguiente, durante su conferencia de prensa, el presidente Andrés Manuel López Obrador no confirmó si la FGR estaba investigando o no a Beltrones, pero sí que éste había solicitado un amparo “que tiene él, desde luego, derecho a solicitar…”.

Desde entonces y hasta ahora, nada ha ocurrido en torno a esa investigación, como tampoco nada ocurrió en torno a otras denuncias contra el sonorense que la extinta PGR nunca investigó a fondo.

Hoy Beltrones mantiene un bajo perfil, pero seguramente continúa haciendo política a través del grupo que fue armando durante los 40 años en que fue ascendiendo la pirámide del poder político.

De todos sus aliados quien le es más leal es su hija Sylvana, de 36 años, que hoy es senadora priista por Sonora y que, de 2015 a 2018, fue diputada federal.

Casada con Pablo Escudero, exlegislador por el PVEM que ha sido acusado de enriquecimiento inexplicable, Sylvana se encuentra hoy en medio del ojo del huracán después de que el diario español El País publicara ayer que entre 2009 y 2010, cuando tenía 26 años y su padre era el líder de los senadores priistas, depositó 10.4 millones de dólares en la Banca Privada d’Andorra (BPA) y que “su madre abrió entre 2008 y 2009 en la BPA otras dos cuentas que no llegaron a tener movimientos (…) que su intención era depositar 2.8 millones de dólares de la supuesta venta de dos apartamentos en Miami”.

El País asegura que por este asunto la FGR investiga a Beltrones, a su esposa y a su hija.

En entrevista con El País, el papá de la senadora dijo: “He pasado por varias investigaciones. Sin problema (…) No me preocupa”.

Beltrones debería estar muy preocupado. En primer lugar, porque la FGR no es la PGR que durante tantos años no actuó contra los personajes influyentes del sistema y, en segundo lugar, porque su hija supuestamente está siendo investigada por manejar recursos que difícilmente podría demostrar que eran suyos y de legítima procedencia, por lo que podría ser acusada de evasión fiscal y lavado de dinero, entre otros delitos graves.

Ayer mismo, la senadora Beltrones difundió un comunicado negando lo que afirma El País; sin embargo, su explicación carece de precisión y lejos de ayudarla genera más preguntas y dudas sobre el caso. Bien haría en elaborar otra explicación que, si puede, eche por tierra la versión del diario español.

Durante las últimas semanas, los gobiernos morenistas han decidido demostrar, a tan solo tres meses de las elecciones federales y locales, que van en contra de panistas y priistas que supuestamente son corruptos: el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca y el expresidente del PRI en el DF, Cuauhtémoc de la Torre. ¿Ahora la senadora priista?




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