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Luis Fernando Ojeda Ánimas

Con… Ciencia. Serendipia

Con… Ciencia. Serendipia

El término serendipia proviene del inglés serendipty, acuñado en el siglo XVIII por el escritor Horace Walpolé, que su vez lo retomo de un antiguo cuento persa.

Luis Fernando Ojeda Ánimas
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18 de noviembre 2025

Un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado qué sucede cuando se busca algo distinto, es decir, encontrar algo valioso por casualidad, sin haberlo planeado. El término serendipia proviene del inglés serendipty, acuñado en el siglo XVIII por el escritor Horace Walpolé, que su vez lo retomo de un antiguo cuento persa titulado Los tres príncipes de Serendip, cuyos protagonistas siempre hacían descubrimientos por accidente, aunque gracias a su sagacidad sabían reconocer la gran importancia de lo que descubrían.

Existen grandes hallazgos muy afortunados en la historia de la ciencia que han sido descubiertos por casualidad, es decir mediante la serendipia.

  1. La penicilina. Alexander Fleming (1928). Mientras estudiaba bacterias en su laboratorio, Fleming observó que un hongo (Penicilium notatum) había contaminado accidentalmente una de sus placas y había destruido las colonias de bacterias cercanas, Así nació el primer antibiótico que revolucionó la medicina y ha salvado millones de vidas.
  2. El microondas. Percy Spencer (1945). Spencer, un ingeniero de la empresa Raytheon, trabajaba con radares de magnetón cuando notó que una barra de chocolate en su bolsillo se había derretido; desconcertado probó con palomitas y otros alimentos; había descubierto la cocción de alimentos por medio de microondas.
  3. El Viagra Pfizer (1922). Originalmente desarrollado como tratamiento para curar anginas de pecho, los voluntarios del ensayo clínico reportaron un “efecto secundario” notable; los científicos pronto comprenderían el gran potencial de este medicamento para tratar la disfunción eréctil, cambiando el propósito del fármaco.
  4. La radioactividad. Henri Becquerel (1896). Realizando investigaciones sobre la fluorescencia de sales de uranio, Becquerel accidentalmente descubrió que éstas emitían radiación capaz de imprimir imágenes en placas fotográficas incluso aún antes de ser expuestas a cualquier tipo de fuente luminosa.
  5. Las papas fritas (chips) George Crum (1863). Un cliente se quejó de que sus papas eran demasiado gruesas, así que el cocinero para dar satisfacción a ese cliente decidió cortar las papas extremadamente delgadas y freírlas hasta dejarlas crujientes; por casualidad había creado las papas fritas tipo “chips” hoy universales.
  6. Los rayos X. Wilhelm Röntgen (1895). Realizando experimentos con tubos de rayos catódicos, Röntgen, observó un resplandor extraño en una pantalla cercana y descubrió un tipo de radiación invisible capaz de atravesar materiales y mostrar los huesos humanos, había nacido la radiografía.

Estos ejemplos nos recuerdan que la ciencia no es solo precisión y método, sino también capacidad de asombro y una gran dosis de curiosidad. La serendipia —el hallazgo afortunado que ocurre mientras se busca otra cosa— ha acompañado a los investigadores desde siempre. Lo importante no es el accidente en sí, sino el ojo atento capaz de reconocer su valor.

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