Testamento del general Jesús Aréchiga (parte 1 de 2)

Los mexicanos recordamos a nuestros difuntos de una forma muy particular, durante todo el día primero de noviembre de cada año, realizamos varias actividades como acudir al cementerio a limpiar sus tumbas, adornarlas con un sinfín de aderezos, llenarlas de flores y hasta llevarles música, bebidas espirituosas y sus gustos culinarios. Se hacen altares, calaveras … Leer más

Los mexicanos recordamos a nuestros difuntos de una forma muy particular, durante todo el día primero de noviembre de cada año, realizamos varias actividades como acudir al cementerio a limpiar sus tumbas, adornarlas con un sinfín de aderezos, llenarlas de flores y hasta llevarles música, bebidas espirituosas y sus gustos culinarios. Se hacen altares, calaveras literarias, desfiles y fiestas de disfraces y se leen testamentos. 

Aprovechando la tradición, a continuación se presenta la primera de dos partes del testamento del general Jesús Aréchiga, quien fue electo gobernador de Zacatecas en cuatro épocas.

“En la ciudad de Zacatecas, a las a las diez y cuarenta y cinco minutos de la mañana de hoy, miércoles, veinte de mayo de mil novecientos catorce; presentes en el despacho de mi notaría, el señor General don Jesús Aréchiga, y los testigos que se mencionarán, ubicada mi notaría en la calle de la Caja, número diez, dijo el señor General Aréchiga, que se encuentra en perfecto estado de salud y en el pleno uso de sus facultades intelectuales, ha deliberado hacer su disposición testamentaria, y llevándolo a efecto, la otorga y ordena, por medio de las cláusulas siguientes, que él dictó y yo redacté en la forma legal. 

Primera.
Declara llamarse como queda dicho, de setenta y dos años de edad, agricultor y militar con grado de General de Brigada, viudo, natural de Jalpa, perteneciente al Partido de Villanueva de este Estado y vecino de esta ciudad hace muchos años, con domicilio en el interior de la Alameda, número setenta y tres, hijo legítimo de los señores, Antonio Aréchiga y doña Julia Mojarro, ya difuntos. 

Segunda. 
Igualmente declara haber sido casado en primeras nupcias con la señora doña Apolonia León de Aréchiga, quien falleció, habiendo procreado varios hijos de los que sobreviven los señores José, Jesús, Antonio, y señorita Julia Aréchiga, todos mayores de edad, habiendo fallecido don Alberto, señorita[s] María y Apolonia del mismo apellido, sin dejar sucesión, y otros que fallecieron en la infancia. La sociedad conyugal con su referida esposa, quedó liquidada y tramitado el juicio de intestado correspondiente, así como distribuidos los bienes hereditarios entre sus herederos. 

Tercera. 
Así mismo declara que por el presente reconoce por sus hijos naturales a la señora Benita Aréchiga, esposa del señor Lucio Iturbe; a don Arnaldo y a los menores Ramiro y Leopoldo, todos Aréchiga, a quienes con anterioridad a este acto los tiene ya reconocidos. 

Cuarta. 
Sus bienes actualmente consisten en las fincas ruticas denominadas “Hacienda de Buenavista”, situada en la municipalidad de Tepetongo, partido de Jerez, y “Cofradía”, ubicada en la referida municipalidad de Jalpa, partido de Villanueva, con los semovientes, aperos y demás que existan en dichas fincas; en algunos terrenos y demás propiedades que aparezcan al tiempo de su fallecimiento; de todo lo cual tienen perfecto conocimiento sus albaceas y herederos. 

Quinta. 
Instituye y nombra por sus únicos y universales herederos de todos sus bienes y derechos y acciones, a sus referidos ochos hijos señores Ingeniero José, Jesús, Benita, Julia, Antonio, Arnaldo; Leopoldo y Ramiro, todos Aréchiga.

De todos sus bienes que aparezcan al tiempo de su fallecimiento, se formarán nueve lotes de igual valor, de los cuales, dos lotes se adjudicaran a su mencionada hija la señorita Julia Aréchiga, y los siete lotes restantes, se aplicarán, uno a cada uno de sus de sus demás hijos expresados…”

Directora del Archivo Histórico
del Estado de Zacatecas

Imagen Zacatecas – María Auxilio Maldonado Romero