
Julieta del Río, celebró fiesta de aspirantes. | Foto: Cortesía.
El Runrún de hoy, lunes 22 de septiembre del 2025.
El obispo Sigifredo Noriega Barceló no solo guía a su grey en cuestiones espirituales, sino que parece leer el pulso político y social de Zacatecas con notable claridad. Durante su homilía dominical, hizo un llamado a orar por las autoridades, enfatizando que su bienestar colectivo debería prevalecer sobre intereses partidistas.
En un momento en que la sucesión gubernamental se convierte en tema central, Noriega Barceló recuerda que los problemas cotidianos de la ciudadanía —violencia, desigualdad, abandono social— no pueden quedar relegados al olvido.
Su mensaje trasciende lo religioso: señala que la responsabilidad y la administración justa de los recursos, desde lo más pequeño hasta lo más grande, son principios universales que los gobernantes y los ciudadanos deben practicar. Asimismo, subraya la importancia de la fraternidad y la atención a los más vulnerables, recordando que nadie debe sentirse solo o huérfano en la comunidad.
En una sociedad marcada por la incertidumbre política, las palabras del obispo funcionan como un espejo y un recordatorio: la ciudadanía exige liderazgo consciente y comprometido con el bien común.
Su voz invita a la reflexión sobre cómo cada decisión, desde la fe hasta la política, impacta en la vida de todos los zacatecanos, reclamando prioridad a las necesidades reales por encima de la agenda sucesoria.
Morena enfrenta ambiciones internas y sin control
El fin de semana pasado, Zacatecas se convirtió en escenario de una lucha política velada y, al mismo tiempo, abierta, marcada por coincidencias y desencuentros. La fiesta de cumpleaños de Julieta del Río no fue solo una celebración personal, sino una plataforma para destapar a eventuales aspirantes a la gubernatura: ella misma, Saúl Monreal y Rodrigo Reyes.
Al mismo tiempo, los informes de labores legislativas revelaron una coincidencia que parecía más estratégica que casual. Saúl Monreal Ávila, acompañado de senadores y diputados federales, y José Narro Céspedes en el teatro Calderón, mostraron que la política local se mueve en múltiples carriles, con alianzas y competencias que no siempre son visibles a simple vista.
La reunión previa de Narro con Ulises Mejía Haro y Alfonso Ramírez Cuéllar refuerza la idea de que cada actor construye su propia narrativa rumbo a la sucesión.
En este contexto, Morena y sus aliados parecen incapaces de ejercer control sobre la sucesión, dejando que las ambiciones individuales y los eventos sociales sirvan como escenario de exhibición política.
Zacatecas se encuentra, entonces, ante una encrucijada: la competencia por la gubernatura se vive con intensidad, pero sin reglas claras, y los ciudadanos observan, mientras los actores políticos van perfilando sus posiciones, a veces con más espectáculo que estrategia.
Frente de legisladores busca imponer candidatura estatal
El encuentro y unión de los diputados federales Ulises Mejía Haro, José Narro Céspedes y Alfonso Ramírez Cuéllar más que un esfuerzo por impulsar políticas de bienestar, muestra la consolidación de un frente político dentro de Morena.
Aunque el discurso oficial mostrado en una reunión el sábado en Guadalupe, resalta el compromiso con programas sociales y la transformación nacional, no es casual que estas reuniones ocurran en territorios estratégicos de Zacatecas. La coordinación pública y la visibilidad mediática generan una narrativa de liderazgo compartido, pero subyace un interés político común: posicionarse como posibles candidatos al gobierno estatal.
La sincronización con programas federales fortalece su imagen de eficiencia, mientras el recorrido por los 58 municipios construye presencia y cercanía con la ciudadanía. Este movimiento revela que, detrás de la retórica de bienestar social, hay una competencia interna que podría definir quién encabezará a Morena en la próxima contienda gubernamental.
Represión policial opaca la seguridad en la Feria
La Feria Nacional de Zacatecas, uno de los eventos más emblemáticos del estado, volvió a evidenciar la precaria capacidad del patronato para garantizar seguridad y orden. La detención de la empresaria Laura Torres Huerta y los enfrentamientos entre comerciantes y distintas corporaciones policiales muestran un patrón preocupante: la protección del público se confunde con la represión.
Los videos que circulan en redes sociales documentan con claridad cómo la intervención policial excedió cualquier medida razonable, afectando no solo a los comerciantes, sino también la percepción de seguridad de los asistentes.
La apertura de investigaciones por parte de la CDHEZ y la Fiscalía refleja que la violencia ejercida no fue un hecho aislado, sino un síntoma de fallas estructurales en la planificación y supervisión de la feria.
El objetivo de cualquier autoridad debería ser garantizar la convivencia pacífica, proteger los derechos y ofrecer espacios seguros. Sin embargo, en la FENAZA 2025, el equilibrio entre control y protección se rompió, convirtiéndose en un episodio de abuso de poder que exige rendición de cuentas.
El patronato, las corporaciones policiales y los órganos de supervisión tienen la obligación urgente de aprender de estos incidentes para que futuras ediciones no repitan esta misma historia. También cabe la pregunta ¿Habrá protección a los policías infractores?
Runrunazos
Los constructores zacatecanos están preocupados porque de un día para otro les avisaron que debían que comprar al doble la grava, la arena, el centro, y toda la materia prima de la construcción, algo así como un cobro de piso, solo habría una bodega proveedora, se preocuparon tanto que pidieron audiencia con el Secretario General de Gobierno, Rodrigo Reyes, para enterarle, él quedó de checar la situación porque para cualquiera esa situación es un cobro de piso.