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El recreo

No será fácil

No será fácil

José Luis Medina Lizalde.

No acababan de rendir protesta los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando la primera calumnia contra ellos es publicada.

J. Luis Medina Lizalde
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4 de septiembre 2025

La asistencia del embajador de Estados Unidos a la primera sesión del pleno de la SCJN pone su firma en la conclusión de una etapa y el inicio de otra en la historia judicial de nuestro país, los que esperaban que el gobierno gringo impidiera la reforma, esperaron en vano.

No acababan de rendir protesta los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando la primera calumnia contra ellos es publicada por el diario Reforma como anticipo de lo que vendrá.

Según la nota ampliamente difundida, los ministros cenaron en caro restaurante francés, lo que según la lógica de semejante mentira confirmaría que son ostentosos y no austeros.

Pronto quedó exhibida la mala intención al saberse que las cinco ministras y cuatro ministros estuvieron trabajando en la sede institucional hasta la una treinta de la madrugada.

La noticia era tan burda que la ilustraron con la vista de entrada al mencionado comedero sin que en la misma apareciera uno solo de los nuevos integrantes del pleno de la SCJN.

El poder Judicial inicia la consecución de la autoridad moral que sus antecesores no tuvieron solicitando en voz de su presidente Hugo Aguilar ajustes de sus ingresos para ganar menos que la presidenta de la república de conformidad con lo dispuesto por la constitución con su correspondiente afiliación al ISSSTE, poniendo fin a la actitud de desacato de sus antecesores en el cargo.

Además de los ministros de la SCJN, los magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial y del Órgano de administración Judicial, entre otros integrantes de los nuevos al mando, estarán bajo el escrutinio acosador de la prensa al servicio de los que se beneficiaron de la corrupción que volvió inevitable la reforma judicial, si nada encuentran no faltará que inventar, desde un declarante a modo, una fuente falsa, hasta la foto de zapatos bien boleados y de bolsos femeninos de los ministros y magistrados haciéndolos pasar como lujosas prendas aunque no lo sean, al fin y al cabo que en esas fotos “todos los gatos son pardos”.

Los que no se resignan

La delincuencia de élite y los que perderán privilegios necesitan, además, hacer creer a los mexicanos que el nuevo poder judicial es dependiente del grupo en el poder, que las resoluciones, sentencias y jurisprudencias que perjudiquen sus intereses sean consideradas actos de venganza, no actos de justicia.

El frente de hostilidad contra el nuevo poder judicial tiene en primera línea a la constelación de poderosos despachos litigantes que servían a su cara clientela mediante el tráfico de influencias gracias al conocimiento exacto de la puerta que había que tocar, muchos de los cuales influían en la designación de jueces, magistrados y ministros conforme al esquema anterior.

Es notorio el afán de Salinas Pliego y “Alito” Moreno de enfatizar diferencias con el gobierno de Claudia Sheinbaum para disfrazar de persecución política la impartición de justicia a la que estarán sujetos por acciones y omisiones, como los legendarios “capos” que se hacen pasar por prósperos agricultores “equivocadamente” perseguidos por la ley.

Muchos patrones de periodistas pisotean con impunidad los derechos laborales de sus trabajadores, evaden impuestos y utilizan su medio para abrir paso a otras empresas de su propiedad que requieren concesiones otorgadas por la autoridad.

Algunos batallarán para adaptarse a la impartición de justicia más obligada ante la sociedad que ante sus particulares intereses.

También extrañarán los viejos tiempos los jefes criminales cuyos abogados se apalabraban con quien pudiera cometer una violación al debido proceso para su beneficio judicial como imputado, los jueces sin rostro y la inminente reforma a las fiscalías les cambian el panorama.

Los expertos en agraviar con mentiras desde los medios de comunicación seguirán gozando la libertad de expresión plasmada en la constitución, pero los individuos que son víctimas de daño moral ocasionado por quienes ejercen su libertad para difamar, también tienen derechos plasmados en nuestra constitución y leyes si es su voluntad limpiar su nombre en aras del honor de hijos, nietos, hermanos y padres del que es objeto de señalamientos calumniosos.

¿Cuesta mucho trabajo?

No es democrático que para unos la ley valga y que para otros no.

No será fácil, pero sí muy bueno que logremos una impartición de justicia sin corrupción.

Que los que de buena fe temen la pérdida de independencia judicial pronto confirmen que el temor es infundado.

Que los evasores paguen sus impuestos y vivan tranquilos.

Que el éxito del litigante no se finque en tráfico de influencias.

Que los patrones de los medios respeten los derechos laborales de sus periodistas y trabajadores.

Que ejerzamos responsablemente la libertad de expresión o paguemos las consecuencias.

Será la victoria cultural de la legalidad.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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