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El recreo

Esperanzador nuevo ciclo en la UAZ

Esperanzador nuevo ciclo en la UAZ

José Luis Medina Lizalde.

El reto inicial es el acuerdo para tratar los desacuerdos que una vez establecidos propicien el regreso de la deliberación colectiva.

J. Luis Medina Lizalde
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8 de septiembre 2025

El momento exige una conducción democráticamente fuerte en la UAZ, capaz de instaurar la deliberación colectiva sobre los grandes asuntos regionales, nacionales y globales. Tal condición solo es posible con una comunidad universitaria informada y una sociedad a la que habrá que explicar las razones de cada nueva decisión.

De otra manera ganarán los intereses creados que se opondrán a las rectificaciones que les afecte.

El relevo se consumó sin sobresaltos.

Ángel Román Gutiérrez teje fino, consolida el inicio de su mandato ayudado eficazmente por Armando Flores, rector saliente que en su breve período obró con talento para evitar el desbarrancadero al que parecieron inducir quienes eligieron aprender al defenestrado Rubén Ibarra apenas unas horas antes de iniciar las votaciones de renovación de mandos.

La reunión celebrada en la víspera con los exrectores manda un mensaje muy positivo, estuvieron Jorge Hiriart, Francisco Flores Sandoval Virgilio Rivera, Alfredo Femat, Armando Silva, Antonio Guzmán y los rectores entrante y saliente, faltando solo Domínguez Garay, quien me confío que no pudo atender la invitación por coincidir con un compromiso ineludible, ratificando su buena disposición al hacerse presente en la ceremonia de informe y toma de protesta que tuvo lugar en el Teatro Calderón, sin duda, los siempre bien recordados Magdaleno Varela Luján, Jesús Manuel Díaz Casas y Rogelio Cárdenas Hernández hubieran salidos satisfechos de la madurez institucional del acto.

El reto inicial es el acuerdo para tratar los desacuerdos que una vez establecidos propicien el regreso de la deliberación colectiva lo mismo en asuntos internos específicos que en la realidad social, económica, política y cultural del entorno.

Nunca más debe repetirse el error histórico de no dilucidar y castigar el involucramiento en la estafa maestra, el menosprecio por la legalidad que mostraron todos cuando ampliaron un año más el período del rector y directores bajo el pueril pretexto de la pandemia nunca más debe tener cabida.

La fortaleza se construye

Los grupos caciquiles conocidos están en proceso de extinción, para evitar que surjan otros hay que incentivar la democracia de verdad sin usurpaciones toleradas, asumiendo la transparencia como principio irrenunciable del funcionamiento institucional.

Cierto que hay feudos creados al calor de los cobros sin regulación que aparecen en los años noventa en las universidades públicas bajo el cobijo del control salinista a todo lo que desactivara a los bastiones críticos del neoliberalismo en boga, pero no hay cacicazgos dónde hay democracia real fundada en la legalidad.

Ninguna universidad sin compromiso social recibe respaldo de la gente a la hora de necesitarlo, como lo prueba la indiferencia social respecto a los adeudos con el ISSSTE, registradas por la prensa local desde que apareció el problema hasta los tiempos actuales.

Las frecuentes denuncias de opacidad respecto a ingresos propios debilitan en primera instancia a las autoridades universitarias y  pega grandemente al prestigio institucional.

¿Se puede programar diplomados para lucro individual? ¿Se podrá prestar servicios a externos a cambio de pago que no ingresa a la institución a pesar de que se hace en tiempo laboral?, todas esas historias que circulan al interior de la comunidad deben ser esclarecidas.

La UAZ, como la mujer del César, no solo debe ser, también parecer.

La inclusión no es estrategia de justos, es estrategia de inteligentes

Ángel Román será un rector fuerte si interpreta bien el mensaje de las urnas universitaria cuando logra una victoria holgada en circunstancias particularmente difíciles para la fuerza política que lo postula y que pierde a su líder principal por causa de un asunto penal en la fase culminante del proceso electoral, enfrentando con éxito a la fuerza adversaria respaldada por ex rectores, los votos fueron contra lo que ellos representan,  no contra Jenny , pero eso no significa aval para la exclusión, por el contrario, dándoles su lugar, tendrán que corresponderle con la misma moneda.

A la oficina del que manda no llega la realidad, los rectores de escritorio nunca tendrán la fuerza del que entre contacto directo con los estudiantes y maestros y que visita las unidades académicas para observar su funcionamiento en la cotidianidad sin circunscribirse al presidium y corte de listón.

Otro factor de éxito o de fracaso será la vinculación con actores políticos de significación partidista, ostentar cercanía con algún pretenso o dejar que el pretenso la ostente, aunque no sea realmente a la institución en juegos que no le corresponden.

En ese sentido, la ceremonia de toma de posesión refleja búsqueda de equilibrio, acudieron legisladores del bloque gobernante y de la oposición y dentro del oficialismo prevaleciente estuvo representada la marca Monreal y la marca no Monreal.

El deterioro de la autoridad se confirma con la facilidad con la que unos cuantos suspenden la actividad en una escuela, en contraste con épocas anteriores en que una suspensión de clases era resultado de una asamblea con quórum verificado.

Un rector débil no proyecta las fortalezas

Si el rector no reproduce la política de camarillas y asume que concluida su encomienda regresa a la comunidad sin más recompensa que el reconocimiento de la comunidad por sus servicios, será un rector fuerte.

Es hora de que la institución comunique la valía de sus muchos valiosos docentes, de sus más de 500 investigadores del Sistema Nacional y sus intelectuales.

Es hora de la madurez comunitaria colectiva.

Nos encontramos el jueves en Recreo

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