El puente Lupe Reyes

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

La pandemia de coronavirus trae al mundo en jaque, la catástrofe sanitaria generó caída de la economía, crispaciones políticas y angustia colectiva con sus derivaciones en suicidios, depresión y neurosis. Debemos entender la urgencia de atender desde lo local sin dejar de estar pendiente de lo global Las vacunas y los protocolos de prevención son … Leer más

La pandemia de coronavirus trae al mundo en jaque, la catástrofe sanitaria generó caída de la economía, crispaciones políticas y angustia colectiva con sus derivaciones en suicidios, depresión y neurosis.

Debemos entender la urgencia de atender desde lo local sin dejar de estar pendiente de lo global Las vacunas y los protocolos de prevención son factores de la esfera global, pero es en lo local en dónde se discute entre la vida o la muerte, dependiendo de la calidad de la acción del estado en una determinación geográfica.

Zacatecas es uno de los estados que padece contagiosidad acelerada, no desaceleramos la propagación del virus a pesar de que pudimos aprender en cabeza ajena al ser de los últimos estados en ingresar a la expansión de la epidemia y a que el número de habitantes por kilómetro cuadrado nos es favorable, como también la ausencia de contaminación industrial a gran escala.

¿Se puede conjurar el riesgo de un colapso mayor? Desde mi punto de vista es momento de esmerarnos todos ante el inminente periodo de interrupción casi total de la actividad ordinaria que inicia el 12 del mes en curso y culmina el 6 de enero.

¿El tiempo libre masivo será para aislarse en casa o se impondrá la tradición de intensa convivencia familiar y social? Urge evitar esto último por el bien de todos, pero es en nuestra propia tierra en donde podemos servir a la causa de fijarle límites a la tragedia colectiva, algunos investidos de facultades y recursos y otros como simples ciudadanos con la voluntad de ser parte de la solución y no del problema.

Prohibir nunca es suficiente

Estoy convencido de que la línea autoritaria agrava la situación y es mejor construir la participación social consciente, para eso es menester que el gobierno y la sociedad vivan la crisis con comunicación óptima, concretarse al recuento de los daños para plasmarlos en el rutinario boletín es ignorar el tamaño de la urgencia.

¿Qué impide que el gobierno comunique exhaustivamente los sitios donde se realizan pruebas Covid-19? ¿Por qué no divulgar las farmacias con servicio al público las 24 horas? ¿Por qué no hacer lo mismo con los sitios y horarios en que se comercializa el oxígeno? Tengo la impresión de que el gobierno ni siquiera se preocupa por conocer esa realidad, no cobra consciencia del viacrucis por la que pasan las familias en la búsqueda frenética de medicamentos y oxígeno, particularmente cuando acuden desde municipios lejanos, sin conocer la ciudad y con un ser querido en crisis de salud.

Al gobierno le asiste el deber de tomar providencias para que las farmacias no abusen en los precios y no descuiden el abastecimiento oportuno de los medicamentos avalados para la cura del Covid y que, al igual que los que comercian oxígeno, brinden servicio las 24 horas mientras dure la emergencia.

Zacatecas solo tiene dos infectólogos, según me narra uno de ellos, el doctor Joel Arnulfo Correa Chacón; ninguno de los dos participa en la elaboración, ni en la puesta en práctica de la respuesta del gobierno del estado a la pandemia. Así se explica el vacío comunicacional que siembra el desconcierto por la falta de precisión en el uso del cubrebocas, sus límites y riesgos, lo mismo a dos temas de gran actualidad, el asunto del dióxido de cloro y la campaña antivacuna de los que especulan con cambios en el ADN.

¿No es tarea del gobierno divulgar lo que la ciencia dice al respecto? Tanta omisión acarrea evidentes consecuencias, tenemos poquitos especialistas y todavía nos damos el lujo de ignorarlos.

Los mexicanos decimos “Ahogado el niño, tapado el pozo”, cuando señalamos una reacción retardada, tal es el caso de la integración del sector privado a la respuesta al coronavirus después de decretada la segunda temporada del semáforo rojo que acarrea restricciones a las actividades no esenciales. La inclusión debió darse desde el principio y no solo para acordar restricciones y apoyos, sino para promover la colaboración activa en la respuesta eficaz a la emergencia antes de que termine de consumir el fuego los aparejos.

Máxima alerta decembrina

El gobierno debe actuar ante varias realidades, unos pueden confinarse con el ingreso asegurado, otros no pueden confinarse porque cumplen tareas indispensables (personal de salud y de seguridad), otros no pueden confinarse porque si lo hacen, no tienen ingresos, y otros están haciendo negocio con la pandemia.

Con todo lo aprendido en estos meses aciagos debemos aplicarnos, autoridades y ciudadanos, en evitar que la situación se agrave por el frío, las fiestas decembrinas y la falta de autocrítica.

El buen desempeño de la autoridad es la vacuna contra el autoritarismo.

Nos vemos el jueves en El Recreo.




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