Claudia no se deslinda

“Pre-sirvienta”, “Titina” y otras expresiones en uso en una oposición que se humilla a sí misma es como se manifiesta el coraje porque Claudia Sheinbaum no les cumple el sueño de ver dividida a la fuerza política que encabeza entre “Obradoristas” y “Claudistas”. No entienden la racionalidad del no deslinde, piensan que obedece a cuestiones subjetivas, a una especie de lealtad que en política muchos la toman como ingenuidad.

Están muy equivocados.

La fortaleza política de la Cuarta Transformación evidenciada en encuestas, en la movilización conmemorativa del pasado 6 del presente y la vigorosa proyección internacional de la presidenta Claudia Sheinbaum tiene en la continuidad del proyecto la clave.

Los mexicanos incubamos aversión por la continuidad porque la única que registra nuestra historia desembocó en la guerra civil con más pérdidas humanas en la historia del continente americano, la de Porfirio Díaz, acontecimiento que opacó el conjunto de logros de la dictadura que sentaron algunas bases para el ulterior desenvolvimiento de la nación

La Revolución Mexicana fincó la estabilidad política en el principio de no reelección, reafirmado con el intento frustrado del magnicidio de Álvaro Obregón, lo que con el tiempo hizo del deslinde del sucesor respecto al antecesor una regla no escrita acatada sin reparos.

Los que cuestionan a la presidenta por su firme negativa a deslindarse de Andrés Manuel se mentalizaron en la aversión a la continuidad institucional que se finca en un proyecto avalado por el voto ciudadano y aplicado conforme a derecho, sin la opresión de las bayonetas, la leva y la esclavitud social de las tiendas de raya de Porfirio Díaz.

El mundo reporta continuidades exitosas como la del presidente Franklin D Roosevelt que piloteó a Estados Unidos durante la tormentosa era de la gran depresión durante 4 períodos completos (1933-1945) o Angela Maerkel, al frente de Alemania 16 años, Vladimir Putin, presidente de Rusia con 25 años hasta la fecha incluyendo el lapso de primer ministro (Inició el 31 de diciembre de 1999) y Xi Jinping, presidente de China desde el 14 de marzo y sin límite de tiempo desde 2018, siendo los cuatro estadistas ampliamente eficaces en la gestión de crisis y en el impulso al desarrollo de sus respectivos países.

En esos países no se pone en duda que la continuidad es virtuosa, en México apenas estamos experimentando una continuidad de la misma visión, pero con relevo de personas, la más complicada de lograr, pero la más democrática sin duda.

Grandes transformaciones

Los que exigen a la presidenta que se deslinde de su antecesor no se ubican en la realidad o no aceptan las transformaciones emprendidas, mismas que no son alcanzables en un solo período.

La cancelación de la corrupción anidada en las estructuras institucionales y normalizadas durante prolongado tiempo es tarea transexenal, lo mismo la de superar la subordinación del poder político al poder económico en los tres niveles de gobierno y en el Ejecutivo, Legislativo y Judicial lo mismo.

Eliminar la diferencia entre el país legal y el país real ha comenzado, pero aún no concluye.

Interpretar la voluntad política de continuidad del mismo proyecto como evidencia de que la presidenta no manda encuentra terreno fértil en la misoginia y en la aversión a la continuidad que nos ocasionó la dictadura porfirista, posición que va cediendo en la medida que los hechos van hablando, pero la continuidad no es igual, no podría serlo, para todos los mexicanos.

La evasión de impuestos se ha practicado en México tanto tiempo que se volvió un modo no deshonesto de vivir durante mucho tiempo, los evasores de los círculos prósperos dispusieron de despachos jurídico-contables para burlar al SAT sin pagar las consecuencias, los pobres se habituaron a la compra de fayuca sin sentir que participaban en el contrabando, la clase media no tenía empacho en pedir facturas para comprobar gastos, el propósito de que todo mundo pague los impuestos que le corresponden no culmina en un sexenio, la continuidad de la voluntad política para someter a la ley a los Salinas Pliego que se interpongan es la clave del éxito.

Intocables, plaga perniciosa

Un país con intocables es un país donde el estado de derecho no es pleno, no interrumpamos el propósito de que la ley valga para todos, sabiendo que los poderes fácticos no se resignan tan fácilmente.

Hay acciones que debieron conducir a tribunales y no lo hicieron, Salinas Pliego y la toma violenta de instalaciones de telecomunicaciones en su disputa del Canal 40 y las reiteradas denuncias de loa abusos sexuales del poderoso sacerdote Marcial Maciel ilustran al respecto.

México se encamina a la continuidad del proyecto con relevo democrático y periódico de gobernantes.

Complicado, pero mejor.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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