El espejismo de las autonomías

Al inicio del gobierno de David Monreal el entonces fiscal general del estado de Zacatecas nombró al periodista Juan Gómez como su jefe de prensa, el gusto le duró muy poco, el nombramiento no fue del contentillo del gobernador y con mucha pena le dijeron a Juan Gómez que siempre no , tal episodio describe la realidad de la “autonomía” que tantos se empeñan en mitificar.

La designación de Ernestina Godoy como Fiscal general de la República pone en magnificas manos la operación de la procuración y el diseño de la reforma de la procuración de justicia como el gran paso complementario de la reforma judicial, sus credenciales son las mejores.

Contra su nominación se escuchan voces que arguyen su trayectoria de cercanía con la presidenta de la República con la que colaboró como Fiscal en la Ciudad de México y con la que fungió como Consejera Jurídica hasta hace unos días, se dice que tal circunstancia cancela la autonomía de la fiscalía, no coincido.

La autonomía de una función se plasma en su marco jurídico, no en los vínculos personales, la eliminación del vínculo jerárquico se establece en la constitución y en las reglamentaciones correspondientes, de otro modo caemos en el absurdo de poner en entredicho la idoneidad de un titular por su afinidad política, ideológica o personal con respecto al titular del Ejecutivo, tal como ahora muchos razonan.

El camino de transición de la procuración de justicia arranca en 2015 con la conversión en fiscalías autónomas en los estados y culmina en 2019 en lo referente a la que ahora deja Gerzt Manero, el balance. Soy de los que saludó con simpatía tal mutación, pero los hechos me convencieron de que fue un error.

En principio, hacer del status autónomo sinónimo de democracia no nos llevó al acotamiento del presidencialismo como se anunciaba, sino a la debilidad programada del estado mexicano, varios de los órganos autónomos se subordinaron a intereses fácticos y camarillas corruptas, incluyendo en tal condición a varias universidades públicas sometidas a caciques bajo el cobijo de la “autonomía”.

Ficción a superar

No entendimos que el exceso de poder presidencial residió en lo que Carpizo denominó “facultades metaconstitucionales” del presidente, es decir, en su poder de hecho, no de derecho, y en vez de ajustar al poder del presidente a lo establecido en la constitución y la ley, se eligió el camino de recortar su poder jurídicamente regulado dejando intacto el otro, el “metaconstitucional”.

En las entidades, el fiscal es el que el gobernador quiera que sea, para eso tiene a sus diputados, como todas las nominaciones que emanan de las cámaras legislativas, lo formal se cubre y lo real se impone. Un gobernante, a veces con buenas razones no se desentiende de la designación de la persona que cumple un papel clave en el éxito o fracaso de todo gobierno, si lo hiciera sería un irresponsable extremo.

Durante mucho tiempo el presidente o gobernador en turno designó a quien consideraba el adecuado sin mayor trámite, luego se pensó que las legislaturas locales debieran tener vela en el entierro y que para el fiscal general fuera el senado el que nombre, a propuesta del Ejecutivo, si el gobernante tiene mayoría no tiene más que cumplir con el trámite, si no es el caso, deberá negociar los votos restantes. ¿Resultado?: El decidió.

El gobernante en turno tiene dispone anualmente sobre el monto de las finanzas de la “autónoma” fiscalía, el fiscal tiene que tener muy aceitadito el “cabildeo” con quien sabe que manda si no quiere verse en el espejo de Manuel Frausto que como titular del IEEZ puede dar testimonio de las bondades de la “autonomía” del órgano electoral que preside.

El status autónomo de la fiscalía exime de la rendición de cuentas al gobernante en materia de procuración de justicia no solo respecto al desempeño sino a la supervisión que recae en el senado en el caso de la fiscalía de la república y en las legislaturas locales respecto a las estatales.

Poner al ejecutivo a negociar con cúpulas partidistas para que avalen presupuestos, leyes y nombramientos es consagrar el poder de camarillas, no el de la ciudadanía, por eso el modelo de democracia que significó la alternancia fue tan insatisfactorio.

Democracia real

Para que el poder no se concentre en personas se distribuye en las leyes, es el ejercicio de facultades metaconstitucionales y extra-legales el tumor a extirpar.

Una vez puesta en práctica la reforma judicial los mexicanos enfrentamos el reto de reformar la procuración de justicia, con la ventaja de que Ernestina Godoy no es Norma Piña.

El demócrata que no simula serlo manda obedeciendo leyes y voluntad popular.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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